Andalucía está lista para generar sus primeras células madre inducidas -iPS en el argot científico-, las más útiles y avanzadas tanto en su uso para investigación como para aplicación clínica. El Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (Cabimer) de la Cartuja ha obtenido el visto bueno del Ministerio de Sanidad para desarrollar dos proyectos que pretenden obtener células iPS. Uno, que dirigirá Manuel Álvarez Dolado, para investigar la ataxia de Friedreich; el otro, coordinado por Bernat Soria, se centrará en la diabetes, según informó ayer la Consejería de Salud.
Este modo de producir células madre en humanos fue desarrollado en 2007 por el científico japonés Takahashi, cuyo hallazgo ha sido uno de los acontecimiento más relevantes de la biomedicina contempornáea. Takahashi consiguió hacer realidad lo que entonces se creía ficción: logró que, al inactivar ciertos genes una célula adulta humana -de piel, en su experimento- se retrotayera al estadio de célula madre embrionaria. Este experimento descartó a la clonación como la técnica más adecuada para obtener células madre embrionarias de una persona. Este objetivo, que sí se consigue con las células iPS, es decisivo para la biomedicina porque permitiría obtener células madre embrionarias de una persona -lo que garantiza su mismo ADN y, por tanto, que no haya rechazo al implatnarlas- y después convertirlas en células de cualquier tejido u órgano para regenerarlo.
colaboración. En el proyecto de Bernat Soria colaborarán, además, diferentes grupos de investigación nacionales -como el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas de Madrid o el Centro de Regulación Genómica de Barcelona- e internacionales, como la Universidad Nacional de Singapur.
Se trata de una propuesta en la que se integran aspectos fisiológicos, celulares, genéticos e inmunológicos de la diabetes, por lo que es probable que dé lugar a resultados importantes tanto en el ámbito del conocimiento como del tratamiento de esta enfermedad.
