Un total de 6.149 matrimonios se rompieron en Andalucía durante el primer trimestre de 2009, según datos publicados hoy por el Instituto de Política Familiar (IPF), que sitúa a la región como la comunidad autónoma con más rupturas de este tipo a pesar del descenso del 2,6 por ciento registrado con respecto al mismo trimestre de 2008.
En el conjunto del país se rompieron 31.500 matrimonios, 1.500 menos que en el mismo periodo de 2008. Del total de rupturas, 29.338 fueron divorcios; 2.192, separaciones; y 41, anulaciones. Estos datos arrojan que en el primer trimestre de este año se rompieron 350 matrimonios cada día, es decir, un matrimonio cada 4,1 minutos.
Junto a Andalucía, Cataluña, Madrid y Valencia son las comunidades con un mayor número de rupturas, de modo que dos de cada tres de estos procesos tuvieron lugar en estas cuatro regiones.
Por ciudades, Sevilla es la cuarta de España con un mayor número de rupturas, un total de 1,455 durante el primer trimestre de 2009; Málaga, se sitúa en sexto lugar, con 1.279; seguida de Cádiz, donde se produjeron 1.044.
"PRINCIPAL PROBLEMA DE LAS FAMILIAS"
Para el presidente del IPF, Eduardo Hertfelder, la ralentización del número de rupturas se debe a la crisis económica y al descenso del número de matrimonios, que han pasado de 216.000 matrimonios anuales en el 2004 a 196.000 en el 2008. Además, afirmó que la ley del 'divorcio express' "está provocando, además del incremento de las rupturas matrimoniales, que éstas sean cada vez más conflictivas".
A su juicio, la ruptura familiar sigue siendo "el principal problema" de las familias españolas y el hecho de que cada cuatro minutos se rompa un matrimonio en España es "muy preocupante" que tendrá que hacer "reflexionar" sobre "qué está pasando en la sociedad española".
En opinión de Hertfelder, "mientras no se preserve y garantice el derecho de los padres a la estabilidad conyugal, la ruptura familiar seguirá creciendo en España. Las administraciones no pueden seguir permaneciendo indiferentes ante una problemática como es la estabilidad familiar y, por tanto, es necesario un auténtico cambio en las políticas familiares", concluyó.
