El PP se sumó ayer in extremis a algunos puntos del acuerdo anticrisis pactado por PSOE e IU para no quedarse solo en el Parlamento. Los populares mantuvieron hasta última hora una actitud de cerrazón pero apoyaron 20 propuestas de los otros grupos. Se aprobaron 46 iniciativas que movilizarán casi 6.000 millones.
PSOE e IU pusieron ayer contra las cuerdas al PP en el debate de las medidas anticrisis y los populares, en una reunión de última hora, decidieron sumarse in extremis al acuerdo y apoyar 20 de las propuestas de los otros dos partidos. Tal y como respiraba el PP desde que comenzó el pleno del Parlamento parecía que iba a quedarse completamente solo en su postura de bloqueo. Pero les iba a costar mucho trabajo explicar por qué se desmarcaban de recetas calcadas a las que ellos mismos defienden. El Parlamento aprobó 46 iniciativas, 17 de ellas por unanimidad. Salieron adelante las 26 del PSOE y 20 de las 35 de IU. Se tumbaron todas las del PP, que incluían sus quince reformas y propuestas no tenían nada que ver con la crisis y que ya se habían rechazado anteriormente, como la seguridad para las maltratadas o la derogación del POTA.
La estrategia del PP desde que en febrero se iniciaran las reuniones para pactar el documento de las 41 medidas anticrisis evidenciaba que no le interesaba hacerse la foto del pacto. La portavoz en la Cámara, Esperanza Oña, dejó claro ayer desde el principio esta postura de cerrazón. "Nada cambiará tras el debate porque, aunque lleguemos a pactar algunas medidas, la Junta no las llevará luego a cabo". Así arrancó su intervención, cargada de reproches al Gobierno por "negar" la crisis y dar ahora "falsas esperanzas" con "brotes verdes que no existen". La alcaldesa de Fuengirola tuvo un discurso muy duro, en el que recordó a la Junta el número de parados -"el mismo nivel de desempleo hay en Andalucía que en la franja de Gaza", dijo- y cómo el equipo del presidente Griñán trata con "desdén" cualquier propuesta que hace el PP contra la crisis. "Tendrá nuestro apoyo para reformas profundas, pero no para el timo de la estampita", le espetó a la consejera de Economía, Carmen Martínez Aguayo, que habló en nombre del Gobierno andaluz.
La consejera había pedido a los grupos que se esforzaran en "aunar voluntades" para estar a la altura de las circunstancias. "Hay que lanzar un mensaje de esperanza a los ciudadanos para salir de la crisis", dijo. IU quiso escenificar desde el principio esa la actitud de arrimar el hombro y los socialistas, en cada turno de palabra, se lo reconocieron y agradecieron. "Es el momento de aportar soluciones. Tiempo ha habido y habrá para buscar responsabilidades", señaló el portavoz económico de IU, Pedro Vaquero. La nota discordante la puso el diputado de IU Juan Manuel Sánchez Gordillo, que rompió la disciplina de voto y se ausentó del hemiciclo -estaba fuera paseando- por no comulgar con lo que se debatía.
Cuando le tocó a Martínez Aguayo el turno de réplica, aseguró que el PP "nunca ha tenido voluntad de llegar a acuerdos" y consideró "inexplicable" que no fuera a votar propuestas "literales a las suyas". Puso varios ejemplos: el fondo para formar a personas que trabajen con dependientes y los principios que deben guiar la reforma de la financiación autonómica. La consejera reprendió a Oña por pintar un panorama que no se corresponde con la realidad -el portavoz socialista, Manuel Gracia, acusó a su homóloga popular de ser "catastrofista"- y también por "arrojarle a la cara" la cifra de parados. Oña había criticado que las previsiones económicas de la Junta son "falsas" y Martínez Aguayo le respondió: "Equivocaciones muchas, mentiras ninguna".
Después de que la alcaldesa de Fuengirola hiciera especial hincapié en el paro femenino y las desigualdades de sexos, a Martínez Aguayo -autora de los presupuestos de género- le tocó la fibra sensible. Con voz pausada pero firme dejó caer una crítica a quien en su blog apunta a que se han elegido ministras por el simple hecho de ser mujer o de estar embarazadas. "Lo que más hipoteca la igualdad es tener una sociedad con una concepción machista de lo que debe hacer una mujer. El cambio de mentalidad tiene que afectarnos a todos porque hay muchos planteamientos que no son de recibo", zanjó.
