Local

Andalucía suspende en botellódromos

Ninguno de los espacios creados hasta el momento cumple con los requisitos mínimos de higiene, seguridad y alternativas culturales y de ocio propuestas en un principio como solución a la concentración de jóvenes en el centro de las ciudades.

TAGS:

3.000 jóvenes en la botellona de Los Remedios la semana pasada.

Andalucía suspende en botellódromos. Ninguno de los espacios creados hasta el momento cumple con los requisitos mínimos de higiene, seguridad y alternativas culturales y de ocio propuestas en un principio como solución a la concentración de jóvenes en el centro de las ciudades. Es una de las conclusiones que se desprende del informe sobre el grado de cumplimiento de la Ley Antibotellón y otras normas en la comunidad andaluza que ha hecho público esta mañana la Confederación de Asociaciones Vecinales de Andalucía Ceuta y Melilla (CAVA).

 

Tres años después de la entrada en vigor de la ley que prohíbe beber en la calle, los jóvenes, o siguen bebiendo "como cosacos" en pleno centro de algunas ciudades, como Sevilla, Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra, El Puerto de Santa María, Jerez y Málaga, o bien en botellodrómos que, según la CAVA, en el mejor de los casos son "guetos" alejados del casco urbano, donde la juventud se encuentra "en condiciones denunciables": "No existe ningún espacio modélico. En la mayoría de los casos se ha optado por echar albero en un llano, instalar unos servicios de plástico y poco más". Un concepto que rechazan de plano. El presidente de la CAVA, Antonio Viruez, expone los motivos: "No estamos de acuerdo con el término botellódromo, sí con el de zona de ocio, donde el que quiera beber pueda hacerlo y el que no, tenga otro tipo de actividades".

Pero hay más. Si bien reconocen que en la mayoría de los casos la ley ha evitado las concentraciones de jóvenes bebiendo en el centro (salvo las seis ciudades antes mencionadas), el problema se ha trasladado a otro sitio. Tres de cada diez botellódromos se encuentran en zonas de difícil acceso, alejados de la ciudad, sin vigilancia ni acondicionamiento previo, y, en muchos casos, en terrenos fácilmente inundables, como en Huelva. Entres las condiciones que han de reunir estos recintos están el de gozar de un sistema de vigilancia y seguridad mínimo, contar con servicios sanitarios y de emergencias, aseos no móviles y un servicio de limpieza y papeleras. De ello buena nota pueden tomar ciudades como Sevilla, en la que el retraso del botellódromo de la Cartuja ha propiciado en las últimas semanas la reaparición de la movida en la Alameda, el Salvador, Los Remedios o los aledaños del río: "Si el Ayuntamiento de Sevilla lo hace bien, lo de la Cartuja puede ser una buena alternativa", añadió Viruez.
El estudio revela además que casi la mitad de las personas que acuden a estos sitios son menores de edad, un colectivo "altamente vulnerable". Según la CAVA, la entrada en funcionamiento de estos espacios ha traído "el menudeo de pastillas" entre los menores de 18 años: "Se venden pastillas cuarteadas de uso veterinario a uno o dos euros, así como alcohol adulterado".

Ante esta situación, exigen a la Junta la homologación de estas zonas de ocio y más mano dura contra las ciudades que, como Sevilla, Jerez o El Puerto de Santa María, entre otras, siguen haciendo oídos sordos a la Ley Antibotellón: "En estas ciudades no se está cumpliendo [la Ley Antibotellón], en unos casos por dejadez y en otros porque no apetece".

"Es más fácil comprar una botella de whisky que encontrar una farmacia de guardia"

Junto al no cumplimiento de la Ley Antibotellón y la precaria situación de los botellódromos, la venta de alcohol es otra de las aristas. Aquí la Cava hace especial hincapié. "No hay ninguna ciudad de Andalucía donde los menores no tengan acceso a las bebidas alcohólicas después de las diez de la noche. Es más fácil comprar una botella de whisky que encontrar una farmacia de guardia". Tres de cada cuatro veces, los jóvenes hacen la compra de bebida satisfactoriamente, de los que menos del 15% le es requerida la edad para abonar el pedido y casi nunca (menos de un 1%) se les pide el DNI. Con respecto al tipo de establecimiento, el 98% son pequeños comercios de barrios, tiendas de alimentación, golosinas, bares y bazares pequeños que son conocidos por la gente de la zona y que permanecen abiertos hasta las doce de la noche. Las grandes superficies respetan el horario de venta que estipula la ley, pero queda a suerte de las dependientas de turno el que se cercioren de la mayoría de edad del cliente. Entre las bebidas preferidas por los menores están el vodka y la ginebra. De las provincias, Granada lidera el ranking del grado de permisividad de venta a menores y ocupa el tercer lugar a nivel nacional después de Barcelona y Valencia.

En cuanto a las sanciones, Jaén y Granada son las provincias donde la presencia policial y el control de los menores es más acusada, mientras que Cádiz y Málaga, registran el mayor índice de sanciones. Para los menores que infringen la normativa, sólo seis de cada diez han sido multados alguna vez por beber en la calle en el periodo de un año, han realizado trabajos para la comunidad.

  • 1