-¿Hasta qué punto el hecho la sede sevillana del congreso es un modo de reconocer que los editores andaluces lo están haciendo bien?
-Efectivamente, de seis congresos es la tercera vez que nos eligen como sede -las anteriores fueron Granada y Benalmádena-, y es una prueba de la confianza que la Federación del Gremio de Editores de España tiene en nuestra asociación, pues será el congreso con mayor variedad y número de congresistas -unos 180- de cuantos se han celebrado hasta ahora. Además, coincide con nuestro 25 aniversario. Quiero destacar el gran apoyo de todas las autoridades, especialmente de la Junta de Andalucía. Tanto el presidente Chaves como la consejera de Cultura entendieron perfectamente la importancia del encuentro.
-Ya que lo dice, ¿las reivindicaciones de los editores sobre los libros de texto [oponiéndose a su gratuidad] van a suponer un choque con la Junta?
-En absoluto. El viernes pasado, en la presentación del congreso, la prensa apuntó ese tema, pero no está entre las cuestiones a debatir. Es más, hemos sido pioneros al firmar, el 2 de junio, un convenio marco de colaboración entre la Consejería de Educación, la AEA, ANELE (Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza), la Federación Andaluza de Libreros y ADILE (Agrupación de Distribuidores de Libros y Ediciones) para el seguimiento del programa de gratuidad de libros de texto de enseñanza obligatoria. Nos hemos puesto de acuerdo por cinco años prorrogables.
-¿En qué pueden acomplejarse los editores andaluces y con qué pueden sacar pecho?
-No querría entrar en cuestiones de orgullos y envidias. Creo que todos aportamos nuestra idiosincrasia, los andaluces somos históricamente muy creativos, y en el campo de la edición también. A lo mejor nos falta darle a nuestro trabajo un punto, si cabe, de profesionalización, márketing, internacionalización... Pero hemos avanzado mucho.
-¿Hasta qué punto los bajos índices de lectura suponen un desfase frente a la pujanza de nuestra industria cultural?
-Desgraciadamente, esos índices siguen por debajo de la media nacional. La Junta, y más concretamente el Observatorio de la Lectura, está haciendo estudios de cómo potenciar estos aspectos, aumentar las dotaciones de fondos en bibliotecas...
-Sin embargo, acaban de regresar de la Feria de Madrid y todos coinciden en que la crisis ni se ha olido en el sector.
-Hoy por hoy, tanto como se habla de crisis o de desaceleración, no se ha notado y esperamos que no se note. No sólo Madrid ha sido muy positivo, hemos desarrollado las distintas ferias de las capitales andaluzas y han subido las ventas, a pesar de que en Granada y Córdoba llovió y eso se nota.
-Los editores tienen miedo a las nuevas tecnologías, ¿verdadero o falso?
-Rotundamente, no. Como todo, hay que saber evolucionar, estar al tanto, conocerlas y utilizarlas. Hay un porcentaje muy elevado de editores que todavía imprimen en papel, pero no hay ningún miedo de echar mano de otros soportes -sobre todo en materias científico-técnicas y diccionarios- que son complementarios a los tradicionales: todos sirven para el fomento de la lectura. Lo importante es que la legislación vaya al ritmo de los avances y garantice la protección de los derechos.
-¿Qué sería un éxito en este congreso?
-Que las conclusiones sean efectivas y todos aprendamos, que la confluencia de ideas y el debate nos enriquezca y nos una más a todos. Y que todos disfruten de la ciudad.
