Cultura

Andanzas de una exmeretriz con Diógenes

el 17 feb 2011 / 14:44 h.

Una parábola sobre la soledad y el consumismo en los tiempos que corren. Es lo que propone, desde el escenario, la veterana actriz andaluza María Alfonsa Rosso, que para la ocasión se mete en la piel de Remi, una vieja exprostituta con dos debilidades pronunciadas: acumular basura y empinar el codo. Risas asegurada con mensaje de fondo sobre el mundo en que vivimos.

 He aquí las credenciales de Últimos días de una puta libertaria, una comedia original de César López Llera por la que obtuvo el premio Tirso de Molina en 2006 y que la actriz se echa a los hombros en una interpretación de ésas que requieren un gran desgaste físico y psíquico. Los espectadores tendrán ocasión de comprobarlo en la Sala La Fundición a partir de esta noche, día del estreno.

 La acción dramática transcurre en el madrileño barrio de Lavapiés, donde el autor ya situó su primera obra: Un chivo en la Corte del botellón o Valle Inclán en Lavapiés, porque ahí es donde la realidad le sale al encuentro en el mercado, en las calles, en las plazas, en la sala de espera del ambulatorio o en la puerta del colegio de sus hijos.

 "Es una obra ligera económicamente hablando", cuenta María Alfonsa Rosso durante un alto en los ensayos. Y se explica: consta sólo de tres personajes: Remi, que interpreta ella; Leticia, encarnada por Inma Alcántara; y un joven policía representado por Francisco Maldonado.

El argumento presenta a Remi, una mujer mayor, exprostituta y que padece síndrome de Diógenes, que un buen día conoce a Leticia, una joven abogada, lesbiana, que tiene problemas amorosos. Ambas, sin comerlo ni beberlo, se unirán por la soledad alimentando un contacto tan especial como "químico". Además, a esta relación se unirá un joven policía que se siente identificado con Remi porque su madre también fue prostituta, por lo que ésta se convertirá en su segunda madre.  

Como "una mujer puta, republicana y atea" define Rosso a su personaje. Y apostilla: "A pesar de ser la más creyente de todos, aunque ella crea a su manera. Es decir, tiene mal carácter porque la vida la trató mal pero siempre quiere tener para dar", de ahí la causa de su enfermedad. Remi es el paradigma de las mujeres que fueron excluidas socialmente y que se quedaron atrás con el paso del tiempo. Lo que no obsta para que ella "siempre esté mirando de frente. Me gusta mucho su discurso social", comenta la protagonista, muy enchufada con el personaje.

Aunque enferma y solitaria, Remi mantiene su "dignidad y sus códigos morales", resalta la actriz. Por ejemplo, la obra cuenta la anécdota de un cliente que la frecuentaba y al que ella dejó de ver cuando se enteró de que mantenía también relaciones con niños. Rosso admite que, aunque interesante, éste no es el mejor papel que le han ofrecido a lo largo de su carrera, ya que ese puesto lo ocupa uno muy especial, el que le ofrecieron como Bernarda Alba; lo que no quita para que, como dice sin complejos, "a todos los personajes los quiero muchísimo".

"Hacer reír es más difícil que hacer llorar", confiesa María Alfonsa Rosso ante la empresa de protagonizar esta comedia. Y lo dice por experiencia, ya que su concurrencia ha estado casi siempre ligada a proyectos de corte dramático, caso de Bodas de sangre, La casa de Bernarda Alba o Volver. En este sentido, sostiene que la comedia supone un reto para ella, por lo que "se ayuda de grandes cómicos" como Montse Torrent o Álex O'Dogherty, a los que confiesa que admira muchísimo por la gran dificultad que entraña mover al respetable a la risa. Después de años de experiencia, Rosso sigue poniéndose nerviosa los días antes de una función "porque en el teatro hay una responsabilidad. Te da el poder de solucionar y te enseña", y añade que el actor nunca termina de conocer al personaje al que encarna y diariamente descubre cosas nuevas de él. Son, como suele decirse, los gajes del oficio.


Entre sus próximos proyectos está Mi alma en otra parte, escrita por José Manuel Mora y dirigida por Xicu Mascó. Se estrenará a finales del mes que viene en el Teatro Valle-Inclán de Madrid.

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