Cultura

Andrés Trapiello vuelve con sus diarios

El novelista y ensayista leonés Andrés Trapiello acaba de publicar La manía (Pre-Textos), el decimoquinto eslabón de sus diarios, iniciados en 1990 con el sobrenombre genérico de Salón de Pasos Perdidos y que mientras tenga fuerzas continuará "porque no es un proyecto cerrado" explicó ayer.(Foto: EFE)

el 15 sep 2009 / 03:15 h.

El novelista y ensayista leonés Andrés Trapiello acaba de publicar La manía (Pre-Textos), el decimoquinto eslabón de sus diarios, iniciados en 1990 con el sobrenombre genérico de Salón de Pasos Perdidos y que mientras tenga fuerzas continuará "porque no es un proyecto cerrado", dijo ayer a Efe.

"No sé si son novelas o diarios, bacías o yelmos. Yo los veo como mimbres de la realidad cotidiana. Son libros sobre la realidad contemporánea española, el reflejo de la sociedad de una época", ha explicado el autor, en una entrevista telefónica, sobre una serie que en su día presentó con el elocuente subtítulo de Una novela en marcha.

Desde El gato encerrado (1990) hasta La manía (2008), Trapiello ha entregado casi puntualmente un título al año de su Salón de Pasos Perdidos, que ha definido como "una especie de capricho" y considerado como "el mayor fracaso literario" de una obra, la suya, entregada prácticamente por igual a la poesía, a la narración y al ensayo hasta sumar cerca de medio centenar de libros.

"Su mayor don es la invisibilidad, su carácter marginal, por eso perviven: gozan de una mínima repercusión en la vida literaria española, los colegas no los hacen demasiado caso y los críticos los dan la espalda", ha añadido sobre los diarios, cerca de mil páginas en cada entrega con reflexiones y comentarios suscitados a partir de pequeños sucedidos en la vida cotidiana y pública del escritor.

Para Trapiello (Manzaneda de Torío, León, 1953), autor de una obra que ha sido galardonada entre otros con el Premio de la Crítica en Poesía por Acaso una verdad (1993) y el Nadal por Los amigos del crimen perfecto (2003), si algún día se les hace caso a pesar de su "insignificancia social y literaria", será por su condición de "anormalidad".

En cualquier caso, ha advertido de que seguirá escribiéndolos "mientras tenga fuerza y aliento si, como hemos dicho, son apuntes que tienen el interés y el reflejo de la vida. No es un proyecto cerrado, ni mucho menos".

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