"Era un jurista por los cuatro costados. Ejerció como notario la mayor parte de su vida, pero su sabiduría transcendía de lo notarial. Fue maestro de la abogacía, del arbitraje... Todos los jóvenes notarios somos sus discípulos. Y, sobre todo, era una excelente persona. Sólo se pueden decir cosas buenas de él". Con estas palabras recordaba el vicedecano del Colegio de Notarios, José Luis Lledó, a Ángel Olavarría Téllez, que falleció en la madrugada de hoy a los 92 años de edad.
Nacido en Santander, Olavarría era sevillano de adopción, puesto que llegó a la ciudad hispalense en 1957 y, desde entonces, desarrolló toda su vida profesional aquí, junto a sus once hijos (cuatro de ellos, abogados) y su esposa, Tita Rodríguez.
Socio de honor del Ateneo de Sevilla, presidente de la Real Academia Sevillana de Legislación y Jurisprudencia, miembro del Consejo Consultivo de la Junta, presidente de la Corte de Arbitraje de la Cámara de Comercio y ex decano del Colegio de Notarios, Olavarría convirtió su despacho en uno de los más importantes de la ciudad. Y era tal su dedicación al trabajo que, tras jubilarse como notario en 1986, transformó su oficina en la calle Rioja en un bufete de abogados. Famosos son algunos de sus arbitrajes en la etapa de la Exposición Universal de 1992.
"Era ya un clásico verlo ir a las 8.15 de la mañana por el Puente de San Telmo de su casa hasta su despacho", comentó con dulzura Pablo Gutiérrez Alviz. A su juicio, Olavarría "brilló en el Derecho privado", al tiempo que era una "gran persona".
Es tal el reconocimiento que le procesan abogados y notarios que, en agosto del pasado año, se pidió al Consistorio que rotulase una calle con su nombre, algo a lo que se comprometió el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín. El decano de los abogados, José Joaquín Gallardo, explicó que la iniciativa fue impulsada por representantes de las principales instituciones jurídicas y civiles de Sevilla, desde la Judicatura hasta la Real Academia de Legislación y jurisprudencia, entre otros. Por ahora, se está tramitando tal petición, y se prevé su concesión en los próximos meses, según Gallardo. En principio se solicitó la rotulación de una calle céntrica, donde desarrolló su vida profesional, pero dada las dificultades podría optarse por otra zona.
"Era un hombre muy querido y entregado al máximo al estudio del Derecho. Destaca su vinculación a la Iglesia diocesana, de ahí su gran proximidad al cardenal Amigo Vallejo", apuntó el decano de los abogados, testigo del último homenaje que se le brindó en diciembre de 2006, cuando cumplió sus bodas de oro como profesional del Derecho en Sevilla.
· Una larga carrera dedicada en exclusiva al derecho
