Cultura

Ángela Becerra se consagra con 'Ella, que todo lo tuvo'

La escritora colombiana Ángela Becerra presentó ayer en la Casa de América de Madrid su última obra, Ella, que todo lo tuvo, una novela psicológica ambientada en Florencia que recibió el premio Planeta Casamérica 2009.

el 16 sep 2009 / 03:21 h.

La escritora colombiana Ángela Becerra presentó ayer en la Casa de América de Madrid su última obra, Ella, que todo lo tuvo, una novela psicológica ambientada en Florencia que recibió el premio Planeta Casamérica 2009.

Como explicó la también escritora Ángeles Caso en la presentación de esta obra, Ella, que todo lo tuvo se adentra en el alma de una mujer que debe afrontar la terrible pérdida de su marido y su hijo. Agarrándose a la vida con uñas y dientes, encuentra la redención a través del amor y de la restauración de libros, aunque la narración explora muy diversos ámbitos de la existencia humana, como la débil frontera entre la cordura y la locura.

"Florencia siempre me ha seducido desde muy joven", dice Ángela Becerra del escenario italiano escogido para la novela. "Hace unos cinco años, estando en un bar de esa ciudad, vi entrar a una mujer que parecía haberlo tenido todo, pero que mostraba ahora un rictus de dolor. Sin mediar palabra, el barman le puso un dry martini, y en esa barra de soledades supe que había encontrado a mi personaje".

En una presentación a la que asistieron conocidos escritores como Álvaro Pombo, Juan José Armas Marcelo, José Esteban, Mari Pau Domínguez o Eugenia Rico, Ángela Becerra fue desentrañando las claves de una obra "cargada de simbolismos para quien los quiera encontrar", incluyendo la figura de la Donna di Lacrima, una misteriosa mujer que recibe a ilustres florentinos después de que éstos le escriban bellas cartas solicitando su atención, o personajes tan llamativos como Sabatini, su profesor de restauración, que descubrirá casi por azar los recuerdos que la atormentan. "No sé si una tragedia te hace mejor persona, pero crea un antes y un después en la vida de cualquiera, añadió Becerra.

"Ella -tal es su nombre, pues contiene a todas las mujeres que pueden existir, y vive en la novela rodeada de hombres- se acabó convirtiendo en una fijación para mí. Al final de la novela me aislé en un hotel y sólo podía hablar con ella. Sospecho que es de esos personajes que terminan acompañándote allí donde vayas, tanto que no descarto que vuelva a aparecer en una futura novela", agregó Becerra.

Nacida en la ciudad colombiana de Cali y afincada en España, Ángela Becerra se formó en la publicidad, hasta que decidió escuchar la llamada de su vocación literaria y se dio a conocer con el poemario Alma abierta. Luego saltó a la narrativa con la novela De los amores negados, que obtuvo el Latin Literary Award de la Feria del Libro de Chicago. A este título siguió El penúltimo sueño, su consagración como escritora, certificada por el premio Azorín de novela, el premio al Mejor Libro Colombiano de Ficción y, una vez más, el Latin Literary Award, galardón que revalidó en 2007 con Lo que le falta al tiempo.

Indiscutible best-seller, la colombiana se alegra de ser "embajadora de mi país" y aunque "llevo 22 años viviendo en España y es un país que también considero mío, tengo mis raíces en Colombia y siempre hay algo que me pide volver allí. Todos los países tienen su luz y su sombra, pero aunque la sombra colombiana es alargada yo siempre me acuerdo de lo bueno", concluye la escritora.

Palou, un 'thriller' en el Vaticano

Por su parte, el escritor mexicano Pedro Ángel Palou presentó la novela finalista del premio Planeta Casamérica, El dinero del diablo, una obra "basada en testimonios de espías del Vaticano", según aseguró el propio autor, que bien podría haber dado juego para un ensayo apasionante, pero que el escritor ha preferido presentar con un thriller con la Santa Sede de fondo.

Palou, que juega con la posibilidad de que los más vergonzosos secretos vaticanos salieran a la luz y algunos quisieran impedirlo a toda costa, calificó su obra como "ficción documental", aunque aclaró que los documentos que aparecen extractados sobre el Vaticano son reales, y a la pregunta de si el Vaticano actual es un sitio tan lleno de intrigas como él lo retrata contestó que "el piano que utiliza habitualmente el Papa Benedicto XVI para tocar a Beethoven es un regalo de Hitler a Pío XII", explicó, y citó a Kung para asegurar que "el gran problema del Vaticano es que el Papa es el último monarca absoluto que queda en el mundo", apostilló.

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