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Ángeles con tricornio

Dos guardias civiles de Dos Hermanas han salvado la vida a una mujer gracias a un cursillo del 061 que habían recibido cuatro días antes. Cinco minutos de reanimación tan eficaces que la señora, que fue hospitalizada de inmediato, está ya en planta y pronto recibirá el alta.

el 18 nov 2009 / 21:38 h.

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Imagen del documental de Echevarría 'Teshuinada'

Una pareja de guardias civiles de Dos Hermanas, Eloy López y José Manuel Infante, se han convertido en los ángeles de la guarda de una anciana que no murió gracias a su intervención. Estaban en una rotonda del polígono La Isla, en el límite entre Dos Hermanas y Coria del Río, poniendo una multa a un conductor que iba sin cinturón, cuando apareció un coche desde el que pedían socorro. "Era un chico que nos rogaba que ayudáramos a su abuela, que iba en el asiento del copiloto con los ojos cerrados y la cara morada", contó ayer Eloy López, quien, con prontitud, se dispuso a actuar para salvar a la mujer, de 75 años.

Por fortuna para la anciana, sólo cuatro días antes del suceso, que ocurrió el pasado martes, el agente había recibido un curso impartido por el 061 sobre reanimación cardiopulmonar básica. Un pequeño milagro o "una grandísima casualidad", como expresó López. Ambos sacaron a la anciana del coche. Mientras Infante lograba sujetar la lengua que la anciana se estaba tragando, López le realizó un masaje de reanimación durante cinco minutos hasta que "recuperó el pulso". Estuvieron así los dos hasta que llegó una ambulancia del 061. El médico reconoció que sin la actuación de los guardias civiles "la mujer habría fallecido sin duda alguna", ya que estaban a 10 kilómetros del hospital de Valme. La anciana no sólo sobrevivió, sino que fue trasladada a planta y recibirá el alta en las próximas horas.

"Nunca me sentí más realizado en toda mi vida", comentaba anoche el agente López. "Cuando terminó todo y nos metimos en el coche, no era capaz de conducir. ¡Tenía un tembleque por todo el cuerpo! Y le decía a mi compañero: ¡Quillo, canijo, con el día tan bueno que llevábamos! Pero él me respondió lo que era verdad: que mejor había terminado, todavía."

Eloy López proclamaba anoche su orgullo de ser guardia. "Mi trabajo es el mejor del mundo." Aunque tenga que ir a llevar y recoger siempre a sus dos hijos, de 16 y 10 años: vive en la casa cuartel que fue atacada hace unas semanas en el barrio nazareno de Los Montecillos. 

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