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Ángeles Sepúlveda: "Si dejamos de prestar atención a la violencia de género se agravará"

Coordinadora de Violencia sobre la Mujer de la Delegación del Gobierno en Andalucía y directora de programas de Amuvi ha recibido por esto último el XV Premio de la Mujer 2012 del Ayuntamiento.

el 03 nov 2012 / 20:37 h.

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La delegada regional de Violencia de Género pide que no se retroceda en lo conseguido con la coeducación.

-El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) advierte en su último informe sobre violencia de género de que aumentan las denuncias por malos tratos pero también el número de mujeres que retiran esas denuncias. ¿Cómo puede explicarse esto?
-En materia de lucha contra la violencia de género se han hecho muchos avances y se han dado muchos pasos hacia adelante. De ahí el aumento de las denuncias. Pero, últimamente, se están empezando a dar pasos atrás. Parece que tenemos otras cuestiones a las que se les ha dado prioridad y, si se afloja, vemos lo que está ocurriendo: que hay un incremento de la retirada de las denuncias. Se retiran por miedo, y en estos momentos de crisis hay, además de una dependencia emocional, una dependencia económica muy fuerte. Como consecuencia, la mujer se siente menos apoyada y, aunque denuncia, no decide llegar con el proceso hasta el final.

-¿Qué servicios se han dejado de dar a las víctimas por la crisis?
-Quiero insistir en el hecho de que se le está prestando menos atención a la concienciación de que la violencia de género sigue siendo un problema, y que por tanto es prioritario. Sin interés, las mujeres que sufren malos tratos creen que están solas y que sus casos son raros.

-La violencia de género ha golpeado más fuerte a mujeres de clases más desfavorecidas. Ahora que la crisis está dejando en situación muy vulnerable a las familias de clase media donde las mujeres tienen un nivel socioeconómico más elevado, ¿detectan mayor número de denuncias por parte de este segmento?
-Cualquier tipo de crisis (natural, bélica, económica...) afecta sobre todo a los segmentos más vulnerables. Y las mujeres lo son, sean de la clase que sean. Pero es que, además, en una crisis económica se produce el fenómeno de la feminización de la pobreza. Los pasos atrás terminan repercutiendo en la mujer por su rol de género. Si la mujer deja de trabajar, ella es la que cuida a la familia, a los mayores...

-Las líneas que separan a unas clases de otras se diluyen.
-Exactamente. Si se empobrece más a las mujeres, esto crea vulnerabilidad, dependencia y esto impide que se pueda salir con más facilidad del círculo del maltrato en caso de haberlo.

-¿Detectan más agresividad por esta crisis tan devastadora desde el punto de vista no ya económico sino moral?
-Claro, porque las mujeres son más dependientes y más vulnerables. La violencia de género tiene dos factores de base: la primacía de un género sobre el otro, que es un factor cultural; y el factor desencadenante, un desequilibrio que puede tener origen en lo económico. Una persona que estaba trabajando y ahora está en paro puede de repente empezar a ejercer violencia sobre su mujer. Pero no podemos olvidar que se trata de un factor desencadenante pero no es la causa del maltrato. La causa es la desigualdad y el que la mujer tenga un rol inferior. El hombre que maltrate a la mujer lo va a hacer esté en paro o no. El motivo no es la crisis sino la desigualdad entre hombres y mujeres.

-Según el informe del CGPJ, solo un 1% de las denuncias las ponen las familias. ¿Las campañas no han funcionado o es que el maltrato sigue siendo tabú?
-Hablar de que las campañas no funcionan es muy duro porque estamos ante un problema de siglos que se está intentando erradicar desde hace unos pocos años. Yo lanzaría un mensaje positivo: ese 1% es un éxito antes que un fracaso.

-Insiste en que no podemos dormirnos en los laureles. ¿Qué efecto tendría la falta de atención?
-Que el problema se agravará. De lo que no se habla, no existe.

-Ya se empiezan a detectar casos de violencia de género en la adolescencia y casos de niñas que reproducen y asumen roles machistas. ¿A qué se debe este rebrote y cómo atajarlo?
-Lo que hay es una mala gestión de la educación. A las niñas se les están dando los recursos negativos del rol de género agresivo. La igualdad pasa por la no violencia, no por que seamos todos violentos.

-¿Mala gestión en la familia?
-En la familia, la escuela y los medios de comunicación. Cuando aparecen estas actitudes violentas en los adolescentes hablamos de un fracaso en nuestro modelo social, igualitario y coeducativo.

-Hay mucha literatura sobre este asunto, pero ¿de padre maltratador, hijo maltratador?
-De un padre maltratador no tiene que salir un hijo maltratador, pero los expertos están de acuerdo en que de un padre maltratador o de una familia donde ha habido malos tratos los hijos no tienen un ambiente de crecimiento positivo. Un padre que maltrata a una madre ejerce maltrato directo o indirecto hacia los hijos.

-¿Son situaciones reversibles en los menores? ¿Y en los maltratadores, se pueden rehabilitar?
-Todo lo que es cultural es reversible y como el maltrato lo es, es reversible. Confío ciegamente en la rehabilitación. Cuanto más pequeños, mejor. Amuvi tiene un programa específico para ello. Los maltratadores también se pueden rehabilitar pero hacerlo significa rehabilitar a toda la sociedad, en la que se habla de modas, de denuncias falsas (que las habrá pero son anecdóticas)... Si damos pasos atrás en la coeducación ¿cómo queremos que se rehabiliten los maltratadores? Reciben mensajes contradictorios.

-¿Un hombre como José Bretón puede rehabilitarse? ¿Cómo explican los expertos su comportamiento hacia sus hijos?
-Si un padre ejerce malos tratos a su mujer y madre de sus hijos los está cometiendo también con sus hijos. Yo no sé si Bretón se podría rehabilitar o no. Es una labor social. La prisión está para reinsertar y rehabilitar, pero entiendo también que hay una familia que no va a olvidar lo que ha ocurrido y a la que también hay que ayudar.

-¿Las reformas educativas que se están planteando son un retroceso a los años setenta también en este campo?
-Lo único que diré es que soy una defensora a ultranza de la igualdad, de la coeducación y no quiero que se retroceda en lo conseguido.

-No solo se retrocede en cuanto a legislación sino también en el uso del lenguaje.
-Este es el posmachismo. La perversión del lenguaje y la cultura lo que busca es que continúe la desigualdad que ha fundamentado un equilibrio social determinado. La idea es: como hay muchos accidentes de tráfico vamos a dejar el coche y vamos a desplazarnos de nuevo en carro de tiro. No señor: lo que hay que aprender es a conducir en condiciones.

-Y hay caldo de cultivo para que esa corriente triunfe porque estamos preocupados por la crisis.
-Hay un libro que se llama La doctrina del shock en el que se dice que a las masas se nos manipula, sobre todo, en momentos de crisis. La masa tolera situaciones que en otros momentos serían intolerables. Cuando eso es utilizado por alguien que quiere imponer su ideología tiene una sociedad aborregada, asustada, vulnerable, que va a tolerar lo que sea con tal de que se solucione un problema. Se aprovecha una herida para meter más virus.

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