Los últimos llamamientos formulados por algunos sectores del beticismo para reclamar unidad, aparcar las diferencias y animar al equipo incondicionalmente son muy encomiables y dignas de respeto. Lo apoyo y lo suscribo plenamente por proceder generalmente de béticos de buena fe y reconocida independencia.
Pero aquellos que no lo son y se les llena la boca con invocaciones huecas al espíritu de las trece barras me parece que no buscan lo mejor para el Betis sino algo más imperdonable, lo mejor para sí mismos. A mí me gusta animar a mi equipo del alma, pero también quiero exigirle más. Yo estoy por defender mi club por encima de todo, mas eso no debe privarme de manifestar una critica cuando se merece y persiga un fin noble. En fin, con la que está cayendo, vamos a ser responsables y no enmarañar más la situación y confiemos en una victoria el domingo.
