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Año nuevo, errores viejos en el Betis

Cambió el año, pero no cambia el Betis. No juega bien, no gana a los de abajo, encaja goles en los últimos minutos... El equipo verdiblanco no aprende de sus errores.

el 03 ene 2010 / 20:57 h.

Rodri golpea el balón tras su roja, la octava del Betis este curso.

El Betis moderno nunca ha sido un equipo que haga lo que se espera de él. Ganó una Copa del Rey y se metió en la Liga de Campeones cuando más difícil lo tenía y descendió a Segunda cuando mejor parecía su plantilla. Tampoco era de esperar que respetase aquello de ‘año nuevo, vida nueva'. 2010 cogió el testigo de 2009 y el equipo verdiblanco no sólo no arregló los múltiples defectos que lo caracterizaron durante el primer cuatrimestre del campeonato, sino que empeoró alguna de sus virtudes, como la solvencia en casa. Llegó el Huesca a Heliópolis y dos puntos se marcharon de allí, otro problema que sumar a los que Antonio Tapia es incapaz de solucionar casi desde el minuto uno de la temporada.

El primero es su mal juego y su falta de autoridad. El Betis era el favorito número uno para el ascenso, pero casi ha terminado la primera vuelta y pocos partidos se le recuerdan en los que de verdad actuase como tal. Dieciocho jornadas después, suma casi tantas derrotas (cinco) como victorias (siete), no ha vencido a ninguno de los cinco últimos, de la parte de arriba cayó ante los dos primeros (Hércules y Real Sociedad) y sólo se impuso al Nástic (ahora sexto) y además perdió contra el Castellón (último) o el Murcia (penúltimo), por poner algunos ejemplos. En un plantel repleto de nombres de Primera, pocos destacan en Segunda: Sergio García está desaparecido, Juanma y Pavone han dejado de aportar, Nacho no justifica su indiscutible titularidad, Arzu se autoexpulsa el día en que regresa a su posición natural... Y Tapia, que para eso es el principal responsable, no cambia el rumbo.

Partiendo de que el Betis aún mantiene unos buenos números ofensivos, aunque su pegada ha disminuido muy mucho en las últimas jornadas (ningún gol en sus tres últimas salidas), hay que dirigir la mirada a su fragilidad defensiva, otro pecado que no expía por mucho que se empeñe: encaja más de un gol por jornada (19 en 18) y sólo en siete partidos dejó su portería inmaculada; es decir, que en once recibió algún tanto.

Falta un doble defecto que ante el Huesca volvió a quedar patente: la incapacidad del Betis para conservar marcadores favorables (es la cuarta vez que le sucede; antes fue con Rayo, Real Unión y Cádiz) y su torpeza en las rectas finales. Ya son siete los puntos que ha dejado ir en los cinco últimos minutos de partido: el Hércules le ganó con un gol en el 85', el Real Unión le empató en el mismo minuto, el Cádiz lo hizo en el 90' y el Huesca, lo mismo. En otras palabras, la vida sigue igual (de mal) para el Betis.

CAMINO DE UN RÉCORD DE TARJETAS. Sólo se han celebrado 18 jornadas y el Betis ha visto 59 amarillas y 8 rojas y ha acabado tres partidos con dos futbolistas menos. Los datos son tan estremecedores que el equipo va camino de batir sus peores marcas de antideportividad. De momento, su media (3,2 amarillas por encuentro) es de largo la peor de la última década, con bastante diferencia sobre la segunda, también en la categoría de plata (123 amarillas en total, 2,9 de media, en la 00-01). La progresión apunta a cerca de 140 tarjetas (137 para ser exactos) al final del ejercicio. Las ocho rojas, además, empeoran el total de seis de las diez últimas campañas.

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