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Año nuevo, ¿vida nueva?

Enero es el mes en el que baja el consumo de tabaco, sube el de los calditos y las dietas, empezamos a pensar en el gimnasio, en salir más y cambiar de hábitos de vida, incluso de pareja, porque aumentan hasta los divorcios. Año nuevo sí, pero que empiece una vida nueva no es tan seguro.

el 14 sep 2009 / 22:07 h.

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Enero es el mes en el que baja el consumo de tabaco, sube el de los calditos y las dietas, empezamos a pensar en el gimnasio, en salir más y cambiar de hábitos de vida, incluso de pareja, porque aumentan hasta los divorcios. Año nuevo sí, pero que empiece una vida nueva no es tan seguro.

El cierre del ejercicio es un buen momento para hacer balance de objetivos personales, para comenzar o terminar con lo que no nos satisface. "La gente está motivada para hacer análisis, pensar en cómo ha sido su año y en qué le gustaría cambiar, es un momento de esperanza", dice la psicóloga Marina Martín-Artajo.

"La cuestión es que esos objetivos se desvanecen a la semana siguiente, porque hay mucho optimismo o no son realistas". Y eso llega a ser frustrante, porque el incumplimiento puede generar la sensanción de poca voluntad o espíritu de sacrificio, o la certeza de que uno es un negado para según qué cosas.

El mejor ejemplo es el tabaco. En los dos primeros meses de 2007 la venta de pitillos cayó en casi un 20% respecto al fin de año de 2006, pero en marzo repuntó en un porcentaje similar. El otro clásico es "entrar en el año con buen pie y menos barriga", resume Gregorio Varela, presidente de la Sociedad Española de Nutrición, que añade: "en el control de las dietas, como en el ejercicio físico, el problema es el mantenimiento. Hacemos el esfuerzo inicial, pero no dura mucho".

Y llega el efecto yo-yo. "Cuando uno sube unos cuantos kilos de más, perder tres o cuatro es fácil y rápido. El problema es que lo que vamos a perder es agua y no grasa". Por otro lado, explica, "se cometen errores: hacemos caso a las dietas milagro, que no tienen rigor ni evidencia científica".

Los periodos de alteración de la rutina, como las Navidades y el verano, representan para algunos un punto de inflexión para plantearse metas y realizar cambios importantes. Así, por ejemplo, el mayor número de demandas de divorcio, nulidad y separación se producen en el primer trimestre de cada año, según datos del Consejo General del Poder Judicial. En los tres primeros meses de 2007 hubo 40.630 demandas, un 8,6% más que el segundo trimestre. Y entre quienes buscan pareja, las mujeres comienzan el año más presionadas y más deprimidas que los hombres.

Ojo con los reproches.

Tenemos que parar un segundo a reflexionar, sugiere la psicóloga Martín-Artajo. "Éste es el momento de hacer balance, pero en cuanto vuelves a la rutina, se te olvida". "Los deseos se desvanecen y hay que refrescarlos", insiste, y su recomendación: "anotarlos en una libreta personal e ir adaptándolos al tiempo real". No hay que divulgarlo a todo el mundo, porque luego vienen los reproches: "¿no ibas a adelgazar?, ¿no ibas a dejar de fumar?"

Son retos y 365 días de tentación. Si no se llevan a cabo es porque no se establece un tiempo realista, según la psicóloga. "Plantearte mejorar tus hábitos de vida, administrar mejor tu dinero, portarte mejor con los tuyos... es una cuestión de un año entero".

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