Van camino en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), como repite una y otra vez su director, Juan Antonio Álvarez Reyes, de hacer realidad eso del milagro de la multiplicación de los panes y el vino, obviamente en su traslación artística. Y es que el centro lo tiene crudo en cuanto a dineros para 2011 tras contemplársele una rebaja del 16% (de los cinco millones de euros de este año, dispondrá de 4,2), pero no en cuanto toca a la imaginación y la gestión.
En vez de amilanarse, quejarse y justificar una paupérrima programación para el año próximo, Álvarez Reyes y su equipo han desplegado una especie de huelga a la japonesa. “Haremos más con menos”, es su eslogan. Y se viene la pregunta a la boca: ¿Sin tocar la calidad? “Sin tocar la calidad ni el rigor con el que trabajamos”, asegura, al tiempo que reconoce sin acritud pero con esperanza que, “antes o después, el CAAC tendrá el presupuesto que necesita”.
Mientras llega esa ansiada anualidad, el CAAC sigue dando buenas nuevas. Por ejemplo, en lo tocante a adquisiciones para su colección permanente. “Pese a la crisis, ha sido un año especialmente bueno gracias a la generosidad tremenda de los artistas”, resalta Álvarez Reyes, al que le da casi vergüenza decir lo que se han gastado en las 24 obras que se han comprado (unos 50.000 euros, todo un récord a la baja). En total, han ingresado 143 nuevas obras en el CAAC, de las que 95 proceden de donaciones y 21 son depósitos.
En este capítulo merece ser destacada la incorporación –ya era hora– al centro de dos obras de la cotizada artista Carmen Laffón. “No teníamos obra suya, lo que me parecía sorprendente tratándose de la artista más conocida y de mayor trayectoria de Andalucía”, explica Álvarez Reyes. Y no hacía falta mucho para seducirla: bastaba con llamarla, sentarse con ella y pedírselo.
Ella ha respondido con un dibujo de gran formato y, sobre todo, con una no menos grande instalación escultórica (Espuertas cargadas de uvas, 2006-7/2009) para la que ha podido elegir hasta su ubicación, ocupando una coqueta sala junto a uno de los patios del monasterio que, a resultas de su trabajo, más parece el pedazo de un cortijo que el de un cenobio. De hecho, hasta hace poco se la ha podido ver trabajando con su bata y sus pinceles, dando forma a las espuertas de bronce y al suelo, que ha pintado al óleo ex profeso. El resultado es una obra por la que pujaría el Museo de Artes y Costumbres Populares por su mensaje antropológico.
“Tendremos que seguir trabajando con ella”, dice el director del CAAC, quien se confiesa subyugado por la potencia creativa de Laffón.
Y encima es mujer, otra de las asignaturas pendientes del CAAC, cuya colección de más de dos mil obras tienen nombres de varón. En buena medida, las nuevas adquisiciones están firmadas por mujeres. Destacan las de Carrie Mae Weems, de la que se han comprado 20 fotos de su serie Kitchen Table Portfolio (2003), lo que ella ha aprovechado para donar 5 fotos. De Martha Rosler y Valie Expert se han adquirido sendos vídeos y el reputado Grupo Afal ha donado un buen surtido de fotografías.