Local

Anticipo de Lunes Santo

el 15 sep 2009 / 23:43 h.

TAGS:

Les separan dos kilómetros pero les une una misma devoción por el Señor, ya se llame Cristo de la Sed o Cautivo y Rescatado. Isabel Ramírez (Nervión) y Estrella Hernández (San Pablo) compartieron ayer rezos en la trasera del paso del nazareno del Polígono. Eran el vivo ejemplo de este hermanamiento.

Con los pasitos muy cortos, en silencio y sin dejar de mirar al Señor. El estruendo de las cornetas trianeras despierta el vecindario a una hora -diez de la mañana- algo temprana para ser domingo. En contraste, el silencio de la promesa que arrastra tras de sí el Cautivo del Polígono en su despedida por el que desde el viernes ha sido su barrio, Nervión.

El motivo de la visita: rubricar con la Sed un hermanamiento que corona décadas de confraternidad. "Nos han ayudado toda la vida, cuando hay que hacerlos en los primeros años, aún no éramos nada. Somos dos cofradías hermanas, dos barrios hermanos", recuerda emocionada Estrella, camarera del Cautivo y la Virgen del Rosario y madre del hermano mayor, Manuel Márquez. En la calle Goya, Isabel Ramírez le obsequia con un ramo de flores: "Él también es nuestro Cristo. Le acompañaré hasta que deje Nervión".

Cinco horas y tres bandas necesitó el Cautivo para llegar al Polígono. El cortejo, que abría la nueva cruz de guía aún en talla, alcanzaba la avenida de la Soleá a la una de la tarde. Al calor del mediodía se sumó el de los vecinos que poblaban aceras y balcones. "Ya estamos en casa. Vamos a presumir", jaleaba Pepe el capataz a sus "40 corazones" bajo el paso cedido por San Juan Bosco. La avenida Doctor Laffón Soto deparó un leve incidente: la pitada de algunos conductores. A las 15.05 el Cautivo entraba su templo, tras regalar al barrio un anicipo de Lunes Santo con reminiscencias a aquellas salidas en solitario por San Pablo.

  • 1