La Comisión Antiviolencia, en su balance de la primera parte de la temporada, ha mostrado su preocupación ante la "relajación en el seguimiento de las instrucciones de los coordinadores de seguridad cuya finalidad es la de evitar cualquier altercado con motivo de la celebración de un espectáculo deportivo".
También ha percibido un incremento de "actos provocadores y violentos (gritos, exhibiciones y cánticos racistas, xenófobos e intolerantes), así como una tendencia a la proliferación de grupos organizados violentos que pretenden apoyar a los distintos clubes deportivos".
Por este motivo, la Comisión Antiviolencia ha acordado dirigirse a la Liga de Fútbol Profesional (LFP) "para que intensifiquen la colaboración con los coordinadores de seguridad y adopten las medidas que sean necesarias para atajar de inmediato cualquier acto o actividad que invite a la violencia, el racismo y la xenofobia dentro o fuera de cualquier recinto deportivo".
También ha acordado "dirigirse al Colegio de Árbitros, a través de la propia RFEF, para que continúen desarrollando su labor y funciones evitando, junto con el resto de autoridades deportivas y gubernamentales y los propios clubes de fútbol, la proliferación de los actos anteriormente descritos".
