Antonio Jara Andreu, propuesto por PP y PSOE como próximo presidente de Caja Granada -tomará posesión del cargo en febrero- en sustitución de Antonio Claret García, aseguró ayer que defenderá la "autonomía", la "autodeterminación" e "identidad granadina" de la entidad financiera, pero que huirá del "aislacionismo" porque "no le conviene".
En una comparecencia pública en el mismo día en el que arrancó el proceso de renovación parcial de los órganos de gobierno de la entidad, Jara pronunció un "fusiones no, gracias" para dejar claro que Caja Granada mantendrá su hoja de ruta en un sistema financiero andaluz que "ya está hecho" después de que culmine el proceso de Unicajasur. En ese sentido, señaló que la caja hará "lo que le interese" y bromeó con que si Caja Madrid o las cajas catalanas proponen fusionarse con Caja Granada trayendo a la provincia su obra social, "podríamos estudiar la propuesta".
"No podemos hacer de nuestra caja una capillita, tenemos que hacer una catedral. Ya lo es, pero queremos un poco más. Queremos, sobre una caja fuerte, una caja más fuerte, y sobre una caja competitiva, una más competitiva", mantuvo el ex alcalde socialista de Granada, quien insistió en que "en los tiempos que corren" no defenderá una "isla, si acaso un archipiélago o una península".
En ese sentido, señaló que huirá del "localismo miope", y que Caja Granada acudirá a competir allá donde esté el negocio, sin establecerse una "frontera" que la limite. La entidad está dispuesta, según dijo, a "competir y colaborar cuando toque" y "sin miedo", abierta a "todo tipo de colaboración" que sea "buena" para los intereses de los granadinos.
Sin enemigos. Además, Jara aclaró que "no tenemos enemigos", en alusión a la Junta de Andalucía. "Caja Granada es un solista de la orquesta, pero toca con la orquesta. Lo contrario sería chirríar el mecanismo", apuntó el futuro presidente de una entidad "que quiere estar donde está".
Jara se congratuló además de que PP y PSOE hayan alcanzado un acuerdo en torno a la entidad, independientemente de a quien hayan propuesto como presidente. "Por una vez se suma y no se divide en Granada. Me gustaría que este consenso continuase, porque Granada lo agradecería ampliamente", afirmó. "Cualquier discrepancia que pueda producirse sobre el funcionamiento de Caja Granada, sobre su situación o su política, debe contar con un límite infranqueable: los intereses generales de la sociedad granadina, el empresariado, los agentes sociales y económicos y las instituciones", destacó.
De igual forma, alabó la buena gestión de Antonio Claret, que le ha ofrecido su colaboración en estos meses, e incidió en que cuando él coja el relevo contará con la "enorme ventaja" de la sólida posición de la caja, a pesar de la crisis.
