La noche del lunes, una subasta en Londres convirtió a Antonio López en el pintor español vivo más cotizado al venderse uno de sus cuadros por 1,7 millones de euros, algo que a él le da aliento para continuar pero que no le parece esencial. "Lo único importante es que el trabajo tenga dignidad", dijo ayer a Efe. Con la subasta en la galería Christie's de Londres de su cuadro Madrid desde Torres Blancas, la única de las grandes obras de López que nunca había salido a puja, el manchego se ha convertido en el pintor vivo español más caro del mercado, por delante del mallorquín Miquel Barceló (1957), que tenía el anterior récord, y el catalán Antoni Tàpies (1923).
"Un momento, que tengo las manos manchadas", fue lo primero que dijo a Efe tras coger él mismo el teléfono en su estudio de Madrid y luego, entre risas, relativizó "el honor", aunque se mostró "muy agradecido y contento porque es un aliento para continuar". "Todo depende de quién lo diga. Si lo dijera Dios, estaría muy agradecido a Dios. Lo dice en este momento la sociedad, pues muy agradecido a la sociedad", dijo, para añadir que "lo único importante es que cuando ya no quede nada más que el trabajo, que el trabajo tenga dignidad". "Eso no hay que olvidarlo nunca. Lo demás son las cosas de los hombres. Y de las mujeres".
Madrid desde Torres Blancas, que pertenecía a un coleccionista privado, es un óleo sobre tabla de 145 por 244 cm. que López pintó entre 1976 y 1982 y que, a pesar de ello, presenta numerosos elementos inacabados.
