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Antonio Puerta en la memoria seis años después

El 28 de agosto de 2007 el sevillismo se convulsionaba con la pérdida irreparable y trágica del exquisito zurdo de Nervión.

el 28 ago 2013 / 10:03 h.

Puerta Antonio Puerta siempre estará en la memoria colectiva del sevillismo. Este miércoles 28 de agosto de 2013 se cumplen seis años de unos de los días más amargos y tristes en la historia del Sevilla FC. Después de tres días de lucha inútil, Antonio Puerta fallecía en el Hospital Virgen del Rocío, tras haber caído desplomado el 25 de agosto en el césped del Sánchez Pizjuán, en pleno partido del Sevilla contra el Getafe. Con sólo 22 años se marchaba de esa forma, de improviso, al tercer anillo, para conmoción del sevillismo en particular y del mundo del fútbol en general, un zurdo exquisito, un canterano del mismo barrio de Nervión que pudo cumplir el sueño de coronarse campeón con el equipo de toda su vida. Puerta ganó dos Copas de la UEFA, una Copa del Rey, una Supercopa de Europa y una Supercopa de España. En todos esos títulos puso su granito de arena, disuputando todas las finales, pero si por algo hay que destacar su trayectoria nervionense fue por esa volea mágica en el minuto 100 de la prórroga del partido de vuelta de las semifinales de la UEFA de 2006 ante el Schalke. Con aquel zurdazo al aire desde el vértice izquierdo del área, Puerta hizo bueno su apellido y abrió el pórtico de la gloria a una afición que llevaba más de 40 años sin saborear una final. Su brazo izquierdo al alto, con el dedo señalando al cielo, a su abuelo, el que lo hizo sevillista, es una imagen imborrable en el imaginario colectivo del Sánchez-Pizjuán. El recuerdo de la figura de Antonio Puerta sigue muy presente en el Sevilla FC. Una estatua suya preside la entrada a la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios, para que todos los canteranos tengan meridianamente claro cuál es el camino a seguir para triunfar en el mundo del fútbol. Asimismo, el club celebra cada año desde 2008 un trofeo que lleva su nombre y tiene igualmente una escuela de fútbol con el nombre de su mítico 16, en la que precisamente milita su hijo, Aitor, que vino al mundo sin que él pudiera conocerlo. Además, pervive aún el espíritu de concordia y tolerancia que se generó de forma repentina tras su fallecimiento entre las dos aficiones de la ciudad de Sevilla, que posiblemente jamás estuvieron tan unidas como en aquellos momentos. Día de recuerdos y emociones, por tanto, para una afición que no está dispuesta a olvidar a uno de los más grandes de su historia, uno de Nervión, un sevillista de cuna que cuando se ponía la camiseta palpitaba de verdad con el escudo que llevaba en el pecho, ése que besaba como se besa a un primer amor, con sentimiento, como el ilusionado niño que era aún cuando se marchó. Antonio Puerta, siempre presente. Ya en Polonia, el presidente José María del Nido quiso tener unas palabras en recuerdo de Antonio Puerta: "El sentimiento es agridulce. Primero por recordar al malogrado Antonio que se nos fue, y no pudimos disfrutar de él como él no pudo hacerlo de la vida. Pero también recordamos a ese deportista espectacular, una estrella en ciernes forjada en la cantera del Sevilla FC". Del Nido quiso subrayar además, que "cuando todos los sevillistas lo recordamos, pensamos en lo que disfrutamos de él y de aquel gol que nos cambió la vida un jueves de Feria. Aquel fue el cénit de su carrera vistiendo la camiseta del Sevilla". Como persona, el presidente destacó que a Puerta "se le conoció poco por la desgracia de una muerte tan joven, pero tenía una tremenda personalidad. Era impresionante cómo afrontaba situaciones deportivas muy por encima de su experiencia. Estaba comenzando a disfrutar del fútbol profesional, y esa fortaleza mental contribuyó a que pudiera llegar tan lejos, pese a su enorme juventud". Tal y como ya ha afirmado alguna que otra vez, no hay un punto más negro para el presidente en su mandato, que aquel día de hace hoy seis años: "No existe ningún momento más oscuro que el del fallecimiento de aquella joven promesa. Un chaval magnífico en todos los sentidos".

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