Más de 2.000 personas participaron ayer en Arrasate-Mondragón en una manifestación convocada por la izquierda radical para protestar por el encarcelamiento de la alcaldesa de esta localidad. Nada más concluir, grupos de alborotadores volcaron y prendieron fuego a contenedores. Los radicales quemaron también un cajero del Banco de Santander en el centro de la población, lo que motivó el despliegue de dotaciones antidisturbios de la Ertzaintza para evitar más incidentes.
La protesta partió desde la plaza consistorial encabezada por una pancarta con el lema en euskera Estado de excepción stop. Autodeterminación para Euskal Herria, que portaban, entre otros, la teniente de alcalde del municipio, Oinhana Aranburu, el alcalde de Azpeitia, Iñaki Errazkin, y la concejala de Hondarribia Miren Legorburu, todos ellos de ANV, así como la dirigente de esta formación Arantza Urkaregi.
El ex alcalde de Arrasate Xabier Zubizarreta, de EH, también encabezaba la manifestación, en la que participaron además el resto de concejales de ANV de la localidad, la portavoz parlamentaria de EHAK-PCTV, Nekane Erauskin, e históricos dirigentes de la izquierda abertzale como José Luis Elkoro o Julen Aginako.
Tras arrancar entre aplausos, los manifestantes recorrieron primero las principales calles del centro de la población, coreando consignas en euskera y castellano como "La lucha es el único camino", "El pueblo no perdonará", "Partido Socialista, terrorista" o "PNV, español".
Antes de la celebrarse la manifestación, la portavoz de ANV en el Ayuntamiento de Pamplona, Mariné Pueyo, admitió la posibilidad de que se produzcan nuevos encarcelamientos en el ámbito de la izquierda radical como consecuencia de actuaciones judiciales impulsadas "por PNV y PSOE" y la "estrategia de guerra brutal" del Gobierno central. Advirtió, sin embargo, de que "podrán tirar de la lista", pero la izquierda abertzale estará dispuesta a "luchar por la paz en este país".
Demostración de fuerza. Esta manifestación es una demostración de fuerza de la izquierda radical ante las llamadas al Gobierno vasco por parte del PP y PSE para que la prohibiera, algo que al final no se produjo. Ambos partidos criticaron también con dureza que el Gobierno vasco pidiera el viernes, en un comunicado oficial, la puesta en libertad de la alcaldesa de Mondragón.
