ETA hizo estallar ayer viernes una bomba de tres kilos de amonal junto a la sede del PSE-EE en Derio (Vizcaya). Su atentado, el segundo que se produce en campaña, provocó un hecho sin precedentes hasta la fecha: el rechazo de ANV, que se solidarizó con los socialistas.
El grupo municipal de ANV en la localidad vizcaína transmitió en un comunicado su "más contundente rechazo" al atentado y trasladó su solidaridad tanto al PSE "como con todos sus militantes y todos los vecinos afectados".
A través del escrito, el grupo municipal de ANV remarcó que "este tipo de acciones violentas no conducen a nada" y "lo único que consiguen" es un "alargamiento del sufrimiento" y "dificultan una resolución al conflicto que vivimos en Euskal Herria". Por ello, solicitó tanto a ETA como a los gobiernos español y francés que den "los pasos necesarios para poner fin a todas las acciones represivas y violentas". Este escrito supone un gesto sin precedente en la izquierda abertzale.
El pleno del consistorio vizcaíno condenó horas antes, con la ausencia del único edil de ANV, el atentado con un texto consensuado por PNV, PSE, Eusko Alkartasuna (EA) y PP y acordó convocar a las siete de la tarde una concentración en la Herriko Plaza para mostrar la repulsa ciudadana por esta acción terrorista.
Esta reacción se produce tras la explosión de un artefacto en la puerta de la sede de los socialistas vascos, que se convirtió en el segundo atentado en campaña. Una llamada en nombre de ETA al servicio de Emergencias avisó, pasada la medianoche, de la colocación de una bomba dispuesta para estallar una hora después.
La deflagración no causó heridos aunque sí daños materiales en la sede socialista. La bomba, compuesta por tres kilos de amonal, fue colocada en una mochila y una bolsa por dos encapuchados, que la situaron de forma que la onda expansiva se dirigiera al interior de la sede para causar mayores daños. La persiana reventó y se rompieron los cristales de las ventanas de las cuatro primeras plantas del edificio, cuyos vecinos fueron desalojados antes de la explosión.
En campaña. Este atentado es el segundo de la banda terrorista desde que comenzó la campaña electoral. Hace menos de una semana, el 23 de febrero, ETA colocó una bomba compuesta por cinco kilos de cloratita en las instalaciones de un repetidor de televisión situado en la cima del monte Arnotegi, en el término municipal de Bilbao, que destrozó un robot de la Ertzaintza al estallar durante su manipulación.
Pese a estos incidentes, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, señaló ayer que el Ejecutivo "ya ha adoptado las medidas de seguridad" de cara a la proximidad de las elecciones del 9 de marzo y subrayó que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado "no han bajado jamas la guardia".
De la Vega recordó que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, explicó el pasado 21 de febrero que la activación del nivel máximo de alerta contra atentados -aunque habitual en vísperas de unas elecciones- respondía a la previsión de que ETA intentaría cometer un atentado.