El diestro Julio Aparicio, que continúa recuperándose de las graves heridas sufridas el pasado 21 de mayo en la plaza de Madrid, ha decidido romper con su hasta ahora apoderado, el empresario francés Simón Casas, y ha escogido al taurino Javier González, que ya gestionó su carrera hasta la temporada 2008.
Las claves de la ruptura con Simón Casas son fundamentalmente económicas. El diestro pretende elevar sensiblemente el caché que percibía antes del tremendo percance sufrido en Las Ventas, posiblemente amparándose en la enorme repercusión mediática que ha implicó la dantesca imagen del torero colgado de un pitón además del posterior seguimiento de su recuperación. El propio Casas, que se ha hecho cargo de la carrera del diestro sevillano en dos etapas distintas, ha declarado que "sus aspiraciones económicas estaban muy desfasadas".
Sólo unas horas después de esta ruptura, Aparicio llegaba a un acuerdo con el taurino Javier González que ha explicado que "había una relación muy buena con él; me ha llamado y ni he dudado en decirle que sí. Ahora solo hay que pensar en que vaya evolucionando bien de la cogida de Madrid y unir fuerzas para que esté en las mejores plazas y demuestre lo que vale".
Aunque en las últimas fechas se había avanzado que Julio Aparicio podría listo para reaparecer el próximo 1 de agosto en Pontevedra, el nuevo mentor del torero no se atreve a establecer plazos aún: "Julio tiene que coger la puesta a punto y no sabemos cuándo va a reaparecer. Hay que ser cautos y esperar que esté preparado físicamente al 100%. Ya habla y se encuentra muy bien de ánimos. Tiene muchas ganas de volver a vestirse de luces", concluyó.
