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Aplíquese en Andalucía la receta Rajoy

Hacía años que en los entornos del PP no se respiraba un nivel de optimismo como el que, tal que una oleada de refrescante brisa marina, ventila ahora las conciencias de tantos hombres y mujeres de la derecha que vivían resignados a la eterna oposición.

el 15 sep 2009 / 06:52 h.

Hacía años que en los entornos del PP no se respiraba un nivel de optimismo como el que, tal que una oleada de refrescante brisa marina, ventila ahora las conciencias de tantos hombres y mujeres de la derecha que vivían resignados a la eterna oposición. Mariano Rajoy ha insuflado energía positiva a sus militantes y estos contagian a la opinión pública con las vibraciones que llegan desde Valencia.

Los golpes de efecto al nombrar a María Dolores de Cospedal para la Secretaría General y al triunvirato Ana Mato, Javier Arenas y González Pons en el inmediato nivel de decisión, no tendría más importancia que la de un claro gesto de renovación, si no fuera porque la lista del Comité Ejecutivo confirma el propósito del líder del Partido Popular de caminar decididamente por el centro de la política nacional.

Al PP de Andalucía se le han colgado desde hace años no pocos sambenitos, unos ciertos, otros incursos en el tópico, y los más para tenerlos en cuenta y reflexionar sin rasgarse las vestiduras. Esas críticas no han sido muy distintas a las que pudieran predicarse del entero Partido Popular en el conjunto de la nación. Lo que ocurre es que aquí eran más recurrentes, más visibles y, si se me permite, más folclóricas.

Nadie duda, setenta y dos horas después de la clausura del Congreso valenciano, que la receta magistral utilizada por Rajoy será aplicada por Arenas en Andalucía, de suerte que la renovación, no solamente sea profunda, sino que pueda ser percibida por los ciudadanos con la claridad con que se ha transmitido el mensaje de cambio desde la capital del Turia. La opinión pública registra señales muy elementales, siempre que sean directas y esquemáticas. De los tres días de Congreso en Valencia, la gente se ha quedado con que hay caras nuevas, muchas mujeres, y una de ellas como número dos del partido, cosa que no han hecho todavía los socialistas.

Reforzado en la dirección, líder sin la menor contestación en su territorio e inspirador de las reformas que ha acometido Rajoy, Javier Arenas está en el mejor momento de su carrera política para modernizar el PP andaluz sacando al primer plano a tantos militantes desperdigados por las ocho provincias, mujeres y hombres de generaciones aun inéditas, que a buen seguro repartirán la idea del cambio y de la renovación que ha de reportarle seguros réditos al gran partido que ya enseñó las orejas en las últimas elecciones autonómicas.

Rajoy ha jugado y ha ganado. Nadie lo duda. Un 84 por ciento de los votos de los compromisarios es un resultado para tirar por la calle de en medio, como en buena medida lo ha hecho, poniendo en su sitio a quienes desde posiciones inamovibles no quieren ver los cambios que se producen con extraordinario dinamismo en la sociedad española. Esos cambios en las costumbres, en las formas de vida, son especialmente visibles en nuestra Andalucía. Los que, desde la política real, la de la calle, no son capaces de percibir sus señales están condenados a quedarse en la cuneta como le ha sucedido a algunos de los en otro tiempo dignatarios del PP.

Periodista

gimenezaleman@gmail.com

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