La tecnología de Apple se ha quedado huérfana. El cofundador de los Macintosh, el iPod, el iPhone y el revolucionario iPad, Steve Jobs, anunció a última hora del miércoles su marcha de la empresa como consejero delegado. El cáncer es el causante. Tras dejar en suspensión su puesto en varias ocasiones, Jobs abandona una compañía que lleva décadas desafiando a la tecnología.
Uno de los padres de Apple insistía en que el día que no fuera capaz de ejercer como consejero delegado sería el primero en anunciarlo. "Desgraciadamente, ese día ha llegado", se despedía Jobs en una carta dirigida a los directivos y a toda su comunidad de seguidores.
Pero este emprendedor sin título no quiere irse sin más. Por eso, propuso seguir como presidente del consejo, director y empleado de la firma si la compañía lo ve conveniente. Jobs no quería marchar sin dejarle el padre adecuado a su empresa, por ello recomendó a Tim Cook como sustituto.
Dicho y hecho. Tras comunicar su renuncia, la junta directiva anunciaba que el encargado de seguir el legado del creador sería Cook. El que hasta el momento se mantenía en la retaguardia como jefe de Operaciones tendrá la labor de mantener una compañía dedicada a hacer fácil la tecnología para el usuario. Para Cook ponerle voz a Apple no es nuevo.
De hecho, el nuevo consejero delegado ya le cubrió las espaldas al genio visionario antes de retirarse oficialmente. Una de ellas fue en 2009 cuando Jobs anunció que abandonaba su cargo hasta finales de junio.
En la misiva, Jobs auguraba que los días "más brillantes e innovadores de Apple están aún por llegar". Una era que el creador de la compañía espera seguir viendo y "contribuir a ese éxito desde una nueva posición".
Desde su recién estrenada silla, Cook subrayó que Apple "no va a cambiar". Incluso coincidió con Jobs en que los mejores momentos de la empresa están al mirar hacia delante y no al pasado. Un futuro no muy lejano puesto que la compañía está en pleno desarrollo de la campaña publicitaria el iPhone 5.
Ahora es el momento de ver cómo se manejará Cook al frente de la magia de la tecnología. Por el momento, Apple es el número uno. No hay más que recordar aquellos ordenadores con forma de huevo que eran tan fáciles de manejar como pegarle un mordisco a una manzana. Eso sí, de colores.
Pero, Jobs no quería estancarse en el mundo de la informática. La música entraba en una nueva era y el iPod hacía las delicias de los amantes del buen sonido. No solo la gran calidad del audio de estos pequeños aparatos le auguraba un buen futuro, sino que revolucionó el mercado.
La generación ‘i' acababa de nacer. Crecía a pasos de gigante y en la mente del creador surgía la telefonía táctil más completa, el iPhone. Ya son cuatro las versiones que consiguen crear largas colas a las puertas de las tiendas de teléfonos. Ahora es el turno de las tabletas iPad, donde la informática se vuelve de bolsillo.