La nueva Comisión Europea (CE) , la que deberá luchar por sacara Europa de la delicada situación económica que atraviesa, recibió ayer finalmente la aprobación por parte del Parlamento Europeo (PE), que dio al equipo liderado por José Manuel Durao Barroso un apoyo claro y mayoritario para los próximos cinco años.
Las tres grandes fuerzas de la Eurocámara -conservadores, socialistas y liberales- respaldaron al Ejecutivo comunitario, que contará con miembros de estas tres familias políticas. La nueva Comisión recibió 488 votos a favor, 137 en contra y 72 abstenciones, superando el apoyo recabado en 2004 por el primer gabinete de Barroso, ya que esta vez se sumó al voto afirmativo el total del grupo socialista europeo.
"Hemos decidido depositar nuestra confianza en usted para los próximos cinco años, puede contar con nuestro apoyo si se toma en serio lo que le digo: o Europa es una Europa social o fracasará estrepitosamente", anunció antes del voto el líder socialista, Martin Schulz. Los socialistas, explicó, primaron la idea de lograr un "compromiso que lleve a éxitos" en Europa por encima de "una batalla política que no ofrezca resultados".
La elección de la Comisión llegó en un momento cuanto menos delicado, el mismo día en que su presidente, José Manuel Durao Barroso, se vio obligado a salir en defensa del euro como "herramienta fundamental" para el desarrollo económico de la UE, ante la desconfianza internacional en la moneda europea y el complot por parte de inversores especulativos.
En este sentido, Barroso quiso recordar que la crisis financiera y económica mundial "no fue creada en la zona euro, sino que vino de fuera".
En esta coyuntura de debilidad económica que vive Europa, mientras la Unión pierde peso en la escena mundial y EEUU se acerca a los países emergentes, la composición de la nueva Comisión Europea cobra un especial sentido y sobre sus miembros cae una gran responsabilidad:la de sacar al continente del atolladero en el que se encuentra.
Ambición. De hecho, pese a que el respaldo de la Eurocámara a los nuevos nombramientos fue mayoritario, el Parlamento Europeo no dudó en reclamar a Barroso una Comisión Europea "más ambiciosa y valiente". "Necesitamos una Comisión fuerte que descanse en una mayoría sólida", dijo Martin Schulz.
Durante los últimos meses, el dirigente socialista ha sido muy crítico con la gestión de Barroso, pero ayer -en un ambiente en el que quedó patente la necesidad de consenso frente a la crisis- reconoció que la decisión había sido "muy difícil" y que su grupo apoya a la CE ante la necesidad de "resultados" en la Unión y por la representación que la socialdemocracia ha obtenido en el equipo que dirigirá Europa. El propio Barroso reconoció que el principal desafío de su Comisión será el de sacar a Europa de la crisis y garantizar un crecimiento económico sostenible para los próximos años. El español Jaime Mayor Oreja, del grupo conservador, lo resumió así:"Esta Comisión no es cualquier Comisión, vivimos una crisis sin precedentes y necesitamos un cambio de actitud".