Después de cuatro borradores y una larga negociación, el Consejo de Gobierno ha aprobado el decreto del nuevo Bachillerato que entrará en vigor parcialmente a partir de septiembre, con el arranque del próximo curso. Este Bachillerato introduce grandes cambios respecto al modelo actual, aunque los más importantes estaban ya recogidos en la normativa que regula estas enseñanzas a escala nacional.
Sobre todo supondrá un cambio de chip respecto a la educación postobligatoria, de forma que el estudiante de Bachillerato podrá organizar sus estudios con la misma libertad y flexibilidad que si estuviera ya en la Univesidad. Un alumno de 1o de Bachillerato, en vez de repetir curso si suspende más de tres materias, podrá compaginar esas asignaturas repetidas con otras que pertenezcan al curso siguiente. De esa forma no perderá un año entero, sino que se beneficiará de una especie de curso puente para poder seguir avanzando en sus estudios. La consejería espera así aumentar la tasa de titulados en estos estudios que, en los últimos años, pierden terreno en favor de los ciclos de Formación Profesional, más próximos a las demandas del mercado laboral.
Además el nuevo Bachillerato tendrá tres modalidades, y no cuatro como hasta ahora. Se fusionan Tecnología y Ciencias, y se mantiene la rama de Humanidades y Ciencias Sociales y la de Artes. Se incorporan asignaturas comunes y obligatorias nuevas, como Ciencias para el Mundo Contemporáneo y Filosofía y Ciudadanía. En las materias comunes, competencia exclusiva de la Consejería de Educación andaluza, se ha introducido una materia llamada Proyecto integrado, que será parecido al Prácticum de algunas facultades, y que servirá al alumno para poner en práctica sus aprendizajes teóricos. En segundo se incluirán las materias Tecnologías de la Información y la Comunicación e Historia de la Música y de la Danza (para el Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales).
