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Aquel 18 de julio

Aquel día, el 18 de julio de 1936, la Sevilla que había puesto su cielo en la Exposición Americana se suicidó. Esto es lo que casi ningún libro dice, ni lo que casi nadie transmite a sus hijos cuando es casi lo único que debería recordarse.

el 15 sep 2009 / 08:09 h.

Aquel día, el 18 de julio de 1936, la Sevilla que había puesto su cielo en la Exposición Americana se suicidó. Esto es lo que casi ningún libro dice, ni lo que casi nadie transmite a sus hijos cuando es casi lo único que debería recordarse. Toda la ciudad había marchado unida en 1910 a pedir la celebración del evento, toda se puso a recuperar oficios perdidos, a inventar un nuevo urbanismo, todos los barrios contribuyeron a vestir de cortejos, prendas suntuarias y alegría la primavera.

Sevilla buscó ser distinta. Moderna. Cuando el mundo se hundió en 1929 y en Nueva York se escribía el argumento de los versos ácidos de Lorca, aquí la ciudad se partió en dos frentes de nubarrones de la tempestad.

Los poderosos volaron los puentes que los unían a los humildes y éstos respondieron abjurando de todo lo anterior. Fueron pocos quienes, como los Álvarez Quintero o Núñez de Herrera, llamaron a evitar la locura; de modo que ésta se hizo presente, y los incendios, las muertes, las prisiones y los exilios sepultaron la ciudad que soñó con ser dorada, después de que ella misma, con un cuchillo afilado, se hubiera cortado la yugular; nadie sabe aún quién hizo de arteria y quién de mano que empuñaba el arma. Todavía hoy unos piensan que los sevillacidas fueron los de derechas y otros, que los de izquierdas; pocos reflexionan que en los suicidios eso da lo mismo.

Antonio Zoido es escritor e historiador

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