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Aquí no cabe un puente

El veto medioambiental a hacer un paso elevado ‘salva’ los túneles de la SE-40 en el tramo entre Dos Hermanas y Coria del Río.

el 20 ago 2010 / 18:20 h.

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Los túneles están previstos a la altura de Coria del Río, aguas abajo del V Centenario.

Ironías de la vida, la SE-40 contará con unos túneles para salvar el Guadalquivir, pero al final ha sido el propio río el que los ha salvado a ellos. ¿La razón? Pues que en una época en la que el Gobierno busca con ansia dónde recortar inversiones, más de uno lo dio casi por hecho: las conexiones subterráneas de la segunda ronda de circunvalación, el tramo más caro con mucha diferencia, se caen del cartel fijo, y en su lugar se hará un puente, que es mucho más barato. Así lo vaticinó hasta el propio PP, pero resulta que las condiciones hacen imposible un paso elevado.

Por eso, al final, se harán los túneles. Otra cosa son los plazos, porque el Ministerio de Fomento está ahora renegociando para retrasar los pagos. El propio ministro, José Blanco, dijo que la SE-40 se salvaba, pero que es una de las grandes obras que se van a "ralentizar", lo que se traducirá en un retraso de entre uno y cuatro años en un proyecto que, como pronto, no iba a estar completado hasta 2013.

Pero volviendo al principio, los pasos subterráneos se construirán porque un puente sería, literalmente, demasiado grande. Así se determinó en los estudios previos para conseguir la declaración positiva de impacto ambiental, en los que se concluyó que, "debido a la navegabilidad del río, el puente tendría que ser de gran gálibo". En concreto se calculaba que habría que elevar el tablero 50 metros de altura sobre el cauce del Guadalquivir, lo que en la práctica supondría una estructura nada menos que un 11% más alta que el más grande de los puentes de Sevilla, el del V Centenario con sus 45 metros.

Aunque los técnicos inicialmente barajaron las opciones del puente y del túnel, al final se impuso esta última opción por las dimensiones tan desproporcionadas que tendría la primera. El propio informe de impacto medioambiental era conciso y contundente en este sentido, ya que explicaba que un paso elevado de las características que serían necesarias en este punto del río "implica que los extremos del puente llegarían por el Este hasta la variante de Bellavista de la N-IV, y por el oeste hasta la subida a la plataforma del Aljarafe". La conclusión la dejaba clara el mismo documento al subrayar que "esta estructura supondría un impacto visual severo sobre toda la vega del Guadalquivir". Esto aparcó la posibilidad del puente, una desestimación, recuerda el informe, que fue "avalada por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir", por entonces la máxima autoridad en todo lo que tenía que ver con el río.

Así que no queda más remedio que hacer un túnel, pese a la brutal desproporción de presupuesto que hay entre un tipo y otro de conexión. Para ver la diferencia sólo hay que remitirse a la propia SE-40, en la que los pasos subterráneos costarán 435,8 millones de euros frente a los 43,1 millones del puente previsto en La Algaba, que no es precisamente pequeño: tres carriles por sentido (con la posibilidad incluso de aumentar a cuatro) por los que circularán hasta 9.000 vehículos a la hora y 231 metros de luz, lo que le convierte en el segundo más largo tras el del V Centenario.

Las cifras son contundentes, ya que indican que las conexiones bajo tierra son 393 millones de euros más caras que el viaducto, un 1.011% más. Dicho de otra manera, que con ese dinero se podrían hacer diez puentes como el de La Algaba, aunque aquí el Guadalquivir es más ancho, y precisamente eso es lo que ha salvado a los túneles.

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