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Aquí se va a armar

La única tienda de Sevilla donde no llaman a la Guardia Civil si uno pide dos fusiles de asalto es la armería fantástica de Correduría. Si la hubiesen abierto en los años 40 se llamaría Mi arma; si en los 80, Se armó la gorda. Pero como sólo tiene dos años y sus dueños son muy de ahora, le han puesto Armasdecolección.com. Foto: P.Cazalla.

el 15 sep 2009 / 18:37 h.

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La única tienda de Sevilla donde no llaman a la Guardia Civil si uno pide dos fusiles de asalto es la armería fantástica de Correduría. Si la hubiesen abierto en los años 40 se llamaría Mi arma; si en los 80, Se armó la gorda. Pero como sólo tiene dos años y sus dueños son muy de ahora, le han puesto Armasdecolección.com, que es muy adecuado: al revés de lo que suele ocurrir aún, la tienda de caprichos bélicos de película nació como una web comercial, hasta que acumuló tanta clientela y tanta mercancía que se hizo preciso abrir una sucursal en la realidad.

"Yo estoy aquí porque soy muy freaky. Soy superfreaky", dice, tan desapasionadamente como si hablase de una mercería, la dependienta Beatriz Codeseda, quien lo mismo blande la espada de Gladiator que se viste de gala a lo Beirut la Nuit y se echa a la calle para un posado aguerrido. Y mientras tanto, el local hasta los topes. Será que la violencia engendra violencia, pero aquello está lleno de postadolescentes deseosos de armarse hasta los dientes por puro ocio, toma Logse. "Es que no sólo vendemos armas de películas famosas, sino también equipos para la práctica del air soft (aire ligero)." El air soft consiste básicamente en echarse todos al monte vestidos como Rambo en un día malo y coserse mutuamente a balazos de porespán, esos que dicen que no duelen.

De resultas de lo cual, en el establecimiento despachan mascarillas, uniformes, protectores, cascos, metralletas, fusiles y bolsitas de balines al peso. "Dame un biberón de 2.000 bolas", viene pidiendo un muchacho con ocho euros en la mano. No parece el momento de preguntarle qué tal lleva el cuatrimestre de Filosofía.

Y vamos al tiroteo, escribió Lorca sin pensar lo que decía. "Las espadas son preciosas", observa Beatriz, y es cierto. "Acero toledano, ¿eh?", advierte ella mientras pasa la yema del pulgar por un sable apto para decapitaciones de grupo. "El Señor de los Anillos y Los 300 es lo que más se lleva la gente." Es la moda. Hasta tienen el famoso anillito modelo Lo tiré a un pozo, que dio para diez horas largas de película sobre la Tierra Media y los peligros del campo. Y en el escaparate está el martillaco del enano de la nariz porrona. Impresiona, la verdad.

En otras tiendas celebran el Año del Quijote o el día de Santa Casilda, un poner. En Armasdecolección.com, donde no cantan precisamente las Mañanitas del Rey David, han conmemorado el 64o aniversario del Desembarco de Normandía y se han hartado de vender pistolones. Sable nazi: 29. Varitas de cada uno de los magos de Harry Potter: 39. Anillo de Tolkien: 36 euros. Aunque se supone que la clientela va a tiro hecho.

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