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AQUITANIA. Perfume de mujer

XII Noches en los Jardines del Real Alcázar. Fecha: Lunes 8 de agosto de 2011. Leonor Bonilla: Canto y percusión. Emilio Villalba: arpa, laúd, viola, zanfoña. Juan Manuel Rubio: laúd, viola, zanfoña. Elena Escartín: flautas. Programa: Obras del Llibre Vermell, Machaut, Landini y anónimos.

el 10 ago 2011 / 09:46 h.

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XII Noches en los Jardines del Real Alcázar. Fecha: Lunes 8 de agosto de 2011. Leonor Bonilla: Canto y percusión. Emilio Villalba: arpa, laúd, viola, zanfoña. Juan Manuel Rubio: laúd, viola, zanfoña. Elena Escartín: flautas. Programa: Obras del Llibre Vermell, Machaut, Landini y anónimos.

Reina y consorte después de muerta, este año se conmemoran 650 años del fallecimiento de María de Padilla, que logró que Pedro I fuera menos Cruel. Qué mejor lugar para celebrarlo que el Alcázar, donde en estancias como el Patio de las Doncellas se cultivó su turbador romance. Aquitania deviene del grupo Mediterránea, cuyos componentes se afanan en divulgar la música y danza antigua de nuestro entorno cultural sin renunciar a una imaginación y fantasía que acerquen sus propuestas a la estética del público contemporáneos.

Con mucho cariño, y con las dicharacheras divagaciones y conjeturas del jerezano Juan Manuel Rubio, sacaron adelante un programa que jugaba con la posibilidad de que aquella música constituyera la banda sonora de la existencia de una mujer en la sombra cuyo perfume aún podía respirarse entre las aromáticas plantas de los suntuosos jardines, a pesar de tan altas temperaturas.

Tres de las diez piezas conservadas del Llibre Vermell, un canon y dos hermosísimas canciones polifónicas, recopiladas en el S. XIV de entre las obras destinadas a entretener a los peregrinos de Montserrat, más dos piezas de los máximos exponentes del Ars Nova, Guillaume de Machaut y Francesco Landini, dos anónimos italianos del mismo siglo, y otros dos de tradición turca, constituyeron un programa que Aquitania desgranó con notable sentido de la musicalidad y la sensualidad y rigor no exento de aires festivos, mezclando influencias árabes y europeas a través del dominio de instrumentos tan exóticos como el laúd árabe, la viola de teclas, el rabel, el arpa gótica o la imprescindible zanfoña.

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