-->--> Algo menos de 24 horas bastaron a Luis Aragonés para decir no al banquillo sevillista y a las condiciones que le puso encima de la mesa José María del Nido el pasado jueves en su reunión en el Parador de Córdoba. Al mediodía de ayer, antes de que Manolo Jiménez se despidiera oficialmente, el sabio de Hortaleza ya había rechazado la propuesta nervionense. Los intereses de ambas partes no conjugaron, como esperaba el presidente nervionense el miércoles, y ninguna postura transigió con las peticiones de la parte contraria.
Porque Luis Aragonés pidió al Sevilla un contrato más largo. De entrada, además de su considerable caché económico, exigió lo que restaba de temporada y otra más, pero no sujeta a objetivos, sino desde ya. El ex seleccionador nacional quería un proyecto a medio plazo que el club nervionense no estaba dispuesto a darle. Porque la entidad sevillista no quería ni quiere hipotecar su futuro. La dirección deportiva pensó en Aragonés como un entrenador de carácter capaz de insuflar espíritu a la plantilla en estas últimas diez jornadas, pero no como el entrenador ideal para el nuevo proyecto que comenzará a partir del próximo mes de junio. Por eso la propuesta que pusieron encima de la mesa del de Hortaleza no era un cheque en blanco, sino más bien una oferta condicionada y concreta para once partidos.
Previendo la posible respuesta de Aragonés, la dirección deportiva ya dispuso que la sesión de entrenamiento de la mañana de ayer, a puerta cerrada, la dirigiera Antonio Álvarez. Al cierre de esta edición el club no había dado oficialidad a la llegada del ex futbolista al banquillo. En una escueta nota en la web se ha limitado a informar de que Álvarez dirigió el entrenamiento de ayer y que hará lo mismo hoy.
Porque la entidad, en un último esfuerzo, sigue buscando un entrenador para lo que resta de temporada. Al menos ayer tarde se seguían haciendo gestiones para encontrar un sustituto idóneo para el equipo. Pero lo cierto es que a día de hoy tampoco hay muchas más cartas sobre el tapete sevillista. Entrenadores como Marcelino o Valverde, destituidos, no pueden volver a entrenar esta temporada en Primera división. Otros, como Schuster o Laudrup, si bien tienen puntos a favor, conllevan más contras que características favorables. Ambos son técnicos cuyo trabajo gusta, pero sus formas no convencen.
Por todo ello, lo que parece una solución provisional puede ir más allá. De hecho, aunque se mantenga desde el club abierta la posibilidad de la llegada de otro técnico, sobre todo si con Álvarez el equipo no reacciona, no se descarta que continúe hasta final de temporada. Es más, si Monchi no da con otro técnico de garantías, en el club confían en que la plantilla respalde al que fuera segundo de Juande y que el equipo, pese a las bajas, ofrezca una mejor cara en las próximas jornadas. Si así fuera, el que fuera distinguido defensa sería la fórmula ideal para acabar la presente temporada.
ÁLVAREZ, CON GANAS. Todas estas reservas las confirmó el propio Antonio Álvarez. Admitió a este periódico que el club le ha encargado que dirija también la sesión de este viernes, pero que no le han comunicado oficialmente nada más allá. Por ello, el técnico no quiso pronunciarse como nuevo entrenador del Sevilla y se limitó a dejar claro que se ve con ganas, con capacidad y dispuesto de dar ese paso adelante y tomar las riendas.
“De momento no hay nada definitivo, porque nada definitivo me han comunicado. Sólo sé que me llamaron el miércoles por la noche para dirigir el entrenamiento del primer equipo y que este viernes vuelvo a dirigir el entrenamiento, pero por supuesto que estoy dispuesto a asumir la responsabilidad. Siempre he dicho que estaba esperando una oportunidad y si piensan en mí, adelante con todas las ganas del mundo”, dijo.
BUENA ACOGIDA EN LA PLANTILLA. Mientras el Sevilla anda inmerso en la vorágine de la búsqueda del nuevo entrenador, la plantilla se mantiene en un segundo plano a la espera de la decisión del club. Los jugadores han adoptado una actitud un tanto fría ante los cambios que se avecinan en el terreno deportivo. De hecho, según las propias fuentes del club, la despedida de Manolo Jiménez de sus futbolistas, el miércoles en la ciudad deportiva, fue bastante breve y acogida con bastante frialdad por parte de la plantilla. Igualmente, hasta el momento el único futbolista que se ha pronunciado sobre la marcha del técnico del Arahal es Ivica Dragutinovic, pero poco más.
Sin embargo, la llegada de Antonio Álvarez, al menos en el entrenamiento de ayer, fue muy bien acogida por la plantilla. El técnico ejerció de segundo entrenador tanto con Joaquín Caparrós como con Juande Ramos y ha trabajado con más de la mitad de los miembros del grupo, con los que mantiene muy buena relación. De hecho, tras la marcha de Juande Ramos muchos de los jugadores apostaron veladamente por su continuidad al frente del equipo.
Sin duda, la buena acogida que le ha dado la plantilla será un factor importante a la hora de valorar la continuidad de Álvarez al frente del primer equipo, sobre todo teniendo en cuenta los problemas que Jiménez había mantenido con alguno de los futbolistas. Antonio Álvarez estaba trabajando en la dirección deportiva como ojeador en las ligas de la zona central de Europa.
