En un acto breve y austero, pero entre aplausos sentidos, el veterano director barcelonés Vicente Aranda recogió ayer en el Teatro Lope de Vega el Premio de Honor en reconocimiento a toda su carrera, jalonada por éxitos -muchos adaptaciones de hitos literarios- como La pasión turca, Amantes, Libertarias o Tiempo de silencio.
Aunque estaba previsto que fuera Teresa Gimpera la encargada de entregar el galardón, la actriz disculpó a última hora su ausencia por motivos familiares, siendo sustituida por el director del certamen sevillano, Javier Martín-Domínguez.
Éste definió a Vicente Aranda como "un grande de la dirección, con el que muchos hemos aprendido qué es el cine", y destacó que en la treintena de títulos que componen su filmografía abunden "no sólo los éxitos artísticos, sino también de público".
También explicó Martín-Domínguez que la idea de homenajearle surgió durante la preparación del ciclo Carmen global, organizado en colaboración con la Universidad de Sevilla, y que está más que justificado por tratarse de "un hombre brillante, irónico y fundamental".
Acto seguido subió a recoger su premio el director, de envidiable vitalidad a sus 84 años, el cual explicó que "cuando a uno le hablan de homenaje, el primer impulso es huir", y sin embargo "en los últimos 20 años he hecho las películas más importantes de mi vida, lo cual significa que he tenido mucha suerte. Este tipo de reconocimientos son muy de agradecer, y más ahora que vivimos tiempos muy malos para el cine, muy malos", apostilló.
Cabe recordar que el festival hispalense proyectó ayer en los cines Nervión la cinta Fata Morgana (1965), la segunda película de Aranda y la primera en solitario, tras su debut en colaboración con Román Gubern, Brillante porvenir (1964).
El acto culminó con la proyección de El regreso, película del sevillano Nonio Parejo donde aparece Vicente Aranda acompañando al escritor Juan Goytisolo a través de la Almería que éste plasmó hace 50 años en libros reveladores y terribles como Campos de Níjar o La Chanca.
Antes de la exhibición, Parejo observó que su película, que compite en la Sección Oficial del Festival de Sevilla, es ante todo "un homenaje a la obra de Goytisolo", cuyo trabajo "va más allá de la literatura, para entrar en la recuperación de la memoria histórica", dijo.
"Se trata de una película modesta, hecha sin un propósito comercial, pero en la que he puesto todo mi corazón", prosiguió el cineasta. "Lejos de buscar una película efectista, he perseguido hacer algo sincero e intimista; tratando de ir, como dice el propio Goytisolo, ‘del arrobo estético a la indignación moral'", añadió.
Finalmente, el escritor recordó su primer viaje a Almería, en el año 57, en el que recogió "testimonios sobrecogedores que sería difícil imaginar incluso en el tercer mundo. Me sorprendió el grado de desamparo de los habitantes de aquella tierra".
También recordó que no puedo volver a Almería hasta después de la muerte de Franco, "porque el alcalde dijo que si volvía me colgaría por los testículos de una farola del Paseo", situación que volvería a repetirse años después con el primer edil de El Ejido, aunque bajo una simple declaración de persona non grata. Cuando me dan premios dudo de mí mismo, cuando me declaran persona non grata sé que tengo razón", concluyó.
