Un incendio calcinó ayer otra de las naves que la fábrica de aceite Sovena tiene alquiladas a empresarios del sector en el polígono Nuevo de Brenes después de que el pasado día 5 ardieran otras seis en circunstancias parecidas. El fuego destruyó ayer cerca de 250.000 litros de aceite.
La Policía Local alertó en torno a las 16.45 horas de la presencia de las llamas y hasta el lugar de los hechos se desplazaron efectivos procedentes de los parques de bomberos de Utrera, Dos Hermanas, Brenes, Lora del Río, Cantillana, Carmona, La Rinconada y el central que tres horas después tenían prácticamente controlado el incendio.
La nave que ardió, de unos 300 metros cuadrados, se ubica muy cerca de la sede de Sovena y, según fuentes del caso, aunque se desconocen las causas del incendio, al igual que la otra vez, las llamas de originaron en la parte trasera. Los bomberos trabajaron toda la tarde para evitar que las llamas se propagasen a las naves colindantes ya que la situada justamente al lado servía de almacén a abundante material eléctrico. Otra de ellas, también de aceite, fue desalojada.
Tampoco en esta ocasión hubo daños personales, ya que, al ser domingo, no había empleados trabajando en el polígono. Sí que tuvo que ser atendido por miembros de la Cruz Roja uno de los bomberos que actuó. Éste se encontró mal pero su salud no revistió gravedad.
Vertidos . Como ocurrió en el incendio anterior, también se desplazó hasta el polígono una patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) para evitar que el aceite -que estaba almacenado en botellas de un litro- fuera a parar al Guadalquivir, que pasa justo por detrás del polígono.
En el incendio anterior el fuego calcinó seis naves llenas de aceite de girasol y que cuatro propietarios distintos -todos ellos del municipio de Brenes- tenían alquiladas a Sovena. El fuego, que se originó en torno a las 13.00 y no fue sofocado hasta las 19.30 horas, calcinó por completo las naves y destruyó los más de un millón de litros de aceite. La otra vez que ardieron las naves de la misma empresa ocurrió en un sábado y tampoco había gente.
Las altas temperaturas de aquel día, en torno a los 40 grados, hizo que las labores de extinción fueran especialmente complicadas. En ellas también tuvieron que intervenir efectivos procedentes de varios parques de bomberos de la provincia. Tampoco se pudo evitar que parte del aceite se vertiera al río.
