El PP andaluz navega "con el viento a favor". Con las encuestas de su parte y tras el espaldarazo recibido este fin de semana en la convención nacional del partido el líder del PP-A, Javier Arenas, al que Mariano Rajoy puso ayer como ejemplo de "constancia y tesón", ya da por hecha la victoria tanto en las municipales de mayo como en las autonómicas de 2012. "Vamos a ganar más que unas elecciones", proclamó imbuido por la euforia en la clausura de una cumbre que ha sido toda una exhibición de fuerza. Arenas llamó a una "amplia mayoría social" a participar de un cambio que, según dijo, abrirá una nueva etapa, la de los "gobernantes austeros y humildes" que liderarán la recuperación económica.
De entre los mensajes más o menos reiterativos de su discurso sobresalió la defensa encendida -el PSOE siempre la echa de menos- que el presidente del PP-A hizo sobre la "Andalucía capaz y emprendedora", que "no es ni la charanga ni la pandereta". Prometió combatir los tópicos y lo hizo ante sus compañeros de partido, que en más de una ocasión le han puesto en un aprieto al hablar de la Andalucía "subsidiada". Allí estaba Ana Mato, que dijo que los niños andaluces son "prácticamente analfabetos", y por la convención pasó también Esperanza Aguirre, que criticó que el Gobierno dé a Andalucía "pitas, pitas", en referencia al PER.
Pero antes de poner a la comunidad en el sitio que merece, Arenas dibujó una realidad muy negra de Andalucía: la del millón de parados y el alto fracaso escolar. "No podemos negar la evidencia, la brecha que nos separa de España y Europa", dijo. De todo ello responsabilizó a las políticas "fracasadas" de los 30 años de mandato socialista y exculpó, en cambio, al Estado de las autonomías, aunque abogó por "revisarlo". "En Andalucía se ha mandado mucho y se ha gobernado poco", criticó.
Frente a un modelo "caduco" -Arenas no mencionó al presidente de la Junta, José Antonio Griñán- el PP propone un cambio basado en la "obsesión por el empleo", la educación, las reformas y la regeneración democrática. "La fiesta se ha acabado", afirmó. En un claro guiño a los funcionarios enfrentados a la Junta por la reordenación del sector público, Arenas aseguró que si llega a San Telmo dejará la gestión en manos de los funcionarios y sacará a los políticos de las cajas de ahorro -el PP también tiene colocados a sus cargos públicos en las entidades-.
bandera andalucista. El líder del PP-A reivindicó que su partido es el "garante de la cohesión" de España y que su seña de identidad es el andalucismo constitucional, una bandera que le ha hecho ganar muchos votos tras el declive del PA, como reconoció ayer. De ahí que Blas Infante tuviera un hueco importante en su discurso. Arenas habló casi una hora ante un plenario abarrotado y se acordó de casi todos, en especial de los que ya no están, como los sevillanos asesinados por ETA Alberto Jiménez Becerril y su mujer Ascen. A su presidente, Mariano Rajoy, le agradeció que eligiera Sevilla para celebrar la convención nacional, con lo que supone de impulso para el PP-A. Esto demuestra que para Rajoy Andalucía, una tierra que ha visitado 125 veces en siete años, es una "prioridad", señaló Arenas.
