El presidente del PP-A, Javier Arenas, insistió ayer en pedir a la Junta que "deje de hacer oposición" a los alcaldes "legítimos" elegidos por los ciudadanos en las urnas, sean del partido que sean, después de que el jueves en el Pleno del Parlamento exigiera al Gobierno andaluz igualdad de trato para todos los municipios gobierne quien gobierne.
Entonces Griñán retó a los diputados populares, entre los que se sientan veinte alcaldes -diez de ellos recién elegidos- a levantar la mano si alguno había sido discriminado por la Junta y pese a que el secretario general del PP, Antonio Sanz, les hizo gestos para que la levantaran, nadie lo hizo. Ayer Arenas recogió de nuevo el guante y aseguró que por la cabeza se le pasaron "unos 80 casos" que no pudo enumerar al no tener más turnos de réplica para contestar a Griñán.
El líder de los populares andaluces dibujó un PSOE andaluz "desconectado" de las preocupaciones de los andaluces, poniendo por delante los "intereses internos" y las "ambiciones" de sus dirigentes. Frente a éste, alentó a los suyos a "seguir en la calle, escuchando los problemas y gobernando para todos". "Ya estamos empezando a ganar las elecciones", aseguró Arenas, quien no obstante rehusó que pueda "morir de éxito". "En el PP no nos vamos ni a resfriar", añadió.
Pactos. Mientras, siguen los avisos de una y otras formaciones sobre los pactos postelectorales. En Jaén, el PP afirma que negociará con todos para lograr el mayor número de alcaldías pero el PSOE ha anunciado que no permitirá "ni por acción ni por omisión" que el PP gobierne donde no tiene mayoría absoluta. En Córdoba, ambos grupos han expresado su intención de respetar la lista más votada pero empiezan a surgir matices. El alcalde socialista de Baena, que anunció su renuncia al no lograr la mayoría, ha dado marcha atrás.
