Pero, por desgracia, lo más importante no será en sí el partido, sino el ambiente que rodea al choque. Numerosos locales de empresas egipcias han sido incendiados en Argel y hasta los embajadores de ambos países han tenido que intervenir para evitar una guerra entre aficiones que ya parece inevitable.
Y por si fuera poco, y algo que sirve de alerta, el Gobierno de Sudán ha advertido que no dispone de medios suficientes para controlar a los miles de aficionados que llegarán a Jartum a lo largo del día de hoy para vivir el desenlace de un grupo igualadísimo.
Pese a su precaria situación, las autoridades sudanesas han incrementado las medidas de seguridad en Jartum. Pero ayer ya se sucedieron los primeros enfrentamientos graves entre ambas hinchadas.
Varios aficionados resultaron heridos en las últimas horas en altercados dispersos que obligaron a la Policía sudanesa a intervenir. Para evitar disturbios, la Policía sudanesa ha recibido órdenes de la Presidencia de reforzar las medidas de seguridad con el fin de impedir cualquier tipo de incidente entre los miles de hinchas argelinos y egipcios que están llegando a la capital sudanesa.
Patrullas policiales han sido apostadas frente a los hoteles donde se hospedan las dos selecciones y los aficionados en los barrios del centro de Jartum y Omdurman -sector oeste de Jartum-, donde se encuentra el estadio en el que se disputará el encuentro.
Todo ello para impedir altercados que enturbien el partido de desempate, después de que el sábado pasado Egipto ganara (2-0) a Argelia en El Cairo, lo que forzó un nuevo encuentro en Sudán.
El partido en el país del Nilo se disputó en un ambiente de gran tensión por la gran rivalidad existente, azuzada por las acusaciones argelinas de que hinchas egipcios habían apedreado el autobús que los llevaba al aeropuerto.
Tras el duelo, las autoridades de Egipto llamaron a consulta al embajador argelino por el saqueo de las oficinas de Egypt Air en Argel y la huida de un centenar de expatriados egipcios de Argelia tras ser agredidos.
En la madrugada del jueves, el autobús de la selección egipcia fue apedreado por seguidores argelinos cuando regresaba de su entrenamiento en el estadio Al Marij, en Um Durman.
El gobernador de Jartum, Abdel Rahman el Jedr, afirmó que unos 15.000 policías serán desplegados en la capital, 8.000 menos de los que, según la FIFA, eran necesarios para controlar la situación.
Asimismo apuntó que se espera la llegada de 48 aviones con hinchas argelinos y otros dieciocho con egipcios, que se sumarán a los cerca de 2.000 que se han trasladado en autobús.
Ajetreo
El aeropuerto de Jartum registró ayer una actividad nunca vista en Sudán. El Jedr indicó que han asignado más de 9.000 entradas al Estadio El Marij por cada equipo y 17.000 para el público sudanés, que, eso sí, podría retraerse ante las amenazas entre argelinos y egipcios.
Las avenidas de la capital sudanesa han sido engalanadas con miles de banderas de Argelia y Sudán que también han sido repartidas entre los sudaneses en zonas de Jartum, especialmente en escuelas, universidades y instituciones gubernamentales.
También se han visto en las calles marchas de argelinos y egipcios, mezclados con sudaneses, que corean consignas y lemas deportivos a favor de los respectivos equipos.
Sin embargo, la situación empeoró algo más ayer, cuando el presidente de la Federación Argelina, Hamid Hadaddj, acusó a su homólogo egipcio, Samir Zaher, de agitar a los hinchas de ambos equipos en las horas previas al partido de desempate.