Cultura

Argullol: «España es un país de ignorantes»

El escritor y pensador barcelonés publica su ‘Visión desde el fondo del mar’, un lúcido y monumental viaje de 1.200 páginas

el 22 ene 2011 / 21:37 h.

Rafael Argullol.
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Aunque afirma que España es un país en el que no se lee, el último libro de Rafael Argullol (Barcelona, 1949), Visión desde el fondo del mar, lleva tres ediciones vendidas en tres meses, sin perjuicio de las respetables 1.200 páginas que lo componen. "Es un itinerario a través de la experiencia", explica este escritor y pensador español. "Y es también un autorretrato nada ensimismado, porque la búsqueda de uno mismo se da a través de los otros".

Argullol visitó recientemente Sevilla para participar en el programa de Canal Sur El público lee, una cita que será emitida el domingo próximo. Aunque su poliédrica Visión, que integra 19 libros en un solo volumen publicado por Acantilado, toca temas tan diversos como el viaje o la identidad del individuo, acaba convergiendo en una idea central: la aspiración de ser libre en unos tiempos que no siempre son propicios. "Trato de explicar que para ser libre hay que desarrollar una relación compleja con la vida y con la existencia, y eso es lo que llamamos cultura; y, por otro lado, hay que luchar por unas instituciones de convivencia humana que vayan más allá de las relaciones mafiosas de la sangre. A eso es lo que llamo ser antibárbaro y antimafioso", asevera.

A la hora de valorar la España actual, este profesor de Estética no duda en poner un rotundo suspenso general. "Creo que España puede ser considerada la gran decepción de estos últimos 15 o 20 años", comenta. "En los años 80 y primerísimos 90, parecía que por fin daba un salto que la igualaba intelectualmente a Europa, y subsanaba sus dos grandes hándicaps históricos, la ausencia de Renacimiento e Ilustración. Hubo un gran movimiento esperanzador, con intelectuales, pensadores, que parecían tomar cierto movimiento homologable. Pero a partir de un momento determinado, coincidiendo con el nuevo riquismo militante que se instala en España, se deshace toda esta idea. Y vuelven a salir todos los demonios localistas, aldeanos, populistas, de la España castiza, de los nacionalismos unos contra otros..."

"Basta ver los periódicos: en los 80, los artículos de opinión eran válidos, en su mayoría, más allá de los Pirineos. En los últimos 15 años, el 90 por ciento se aplican sólo a un escenario local. Se ha vuelto a un ensimismamiento intelectual de España, un país que nunca produce ideas locales, sino que continuamente se está mirando el ombligo", añade.

¿Cuál es la clave de ese descalabro? Argullol no lo duda: "El problema de España es que hasta ahora ha sido un país pobre rozando la miseria, y en los 90 le hicieron creer que era una potencia económica mundial. Pero las bibliotecas privadas no se incrementan al ritmo del parque de los coches de lujo. Por eso es un país de ignorantes. Lo que marca la altura intelectual de un pueblo es la capacidad de leer; a las otras formas de cultura, el cine, la imagen, asistes pasivamente. Leer es una actividad activa y solitaria, y todo lo que esté vinculado a opciones tomadas en soledad, para el español no es lo suyo".

Autor de una docena de títulos que abarcan desde novelas como Lampedusa o Transeuropa a ensayos como la Enciclopedia del crepúsculo, pasando por diálogos como El cansancio de Occidente o poemarios como El afilador de cuchillos, Argullol no desdeña las nuevas tecnologías, y ha querido completar su Visión desde el fondo del mar con una página web, www.visiondesdeelfondodelmar.com, en la que invita a sus lectores a continuar la aventura.

"Internet y todo su mundo es obviamente un arma de doble filo", advierte el barcelonés. "Por un lado, es un suministrador de información impresionante, y como ha demostrado el caso Wikileaks, es un instrumento que puede subvertir las normas de poder y sumisión tradicionales. Pero, por otro lado, ya Heráclito decía que no la mucha información procura el conocimiento. El lado oscuro de internet es una avalancha de datos que se está legando a generaciones cada vez más alejadas de los criterios y jerarquías intelectuales, que permiten configurar una interpretación y una opinión. Eso es educar en el igualitarismo por abajo, en el hecho de que la Capilla Sixtina y cualquier mamarrachada valen lo mismo. Internet es un arma de Renacimiento y un arma de edad oscura, al mismo tiempo".

Cuando se le pregunta si se siente atendido como intelectual, Argullol asiente, pero matiza: "Me siento escuchado, pero de una manera equilibrada. Me extrañaría si tuviera la misma repercusión que Belén Esteban, sería absurdo", dice este autor, que obtuvo el premio Nadal en 1993 con la novela La razón del mal y el premio de ensayo del Fondo de Cultura Económica por Una educación sensorial en 2002. . Por otro lado, la actitud que he mantenido todos estos años, algo tan poco habitual como estar al margen de todo poder -municipal, autonómico, académico...- me ha reportado una recepción lógicamente minoritaria, pero leal".

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