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Arqueología del Arqueológico

Sevilla, que siempre presumió de pinacotecas (el Diccionario de Madoz recogía muchas colecciones particulares en el XIX y el Museo de Bellas Artes se abrió a todo trapo), no sintió la llamada de levantar un templo a sus piezas arqueológicas; todo lo contrario, cada cual se llevó a su casa las que pudo.

el 15 sep 2009 / 17:24 h.

Sevilla, que siempre presumió de pinacotecas (el Diccionario de Madoz recogía muchas colecciones particulares en el XIX y el Museo de Bellas Artes se abrió a todo trapo), no sintió la llamada de levantar un templo a sus piezas arqueológicas; todo lo contrario, cada cual se llevó a su casa las que pudo.

Cuando Moratín vino por aquí se encontró con que el Asistente de Bruna, además de a Diego Corrientes había apresado el Trajano de Itálica y lo tenía en su casa; por esa línea seguirían después muchos, Regla Manjón la primera. El Museo Arqueológico fue sólo una atracción más de la Exposición Iberoamericana.

Poco importó que en él hubiera piezas maravillosas ni que luego se hallaran cosas de la importancia del Tesoro del Carambolo o las leyes en bronce -la Lex irnitana es la mayor del mundo-, ni siquiera que Franco viniera a entronizar el Trajano: el Arqueológico, casi en el Huerto de la Mariana del primer Betis, continuó en la segunda división y sin posibilidades de ascenso. La ciudad cambió, hizo la Expo, se forjaron proyectos y, año tras año, salen planes para atraer turistas; incluso para ello se proyectan acuarios que no se terminan, se le dan vueltas a las Atarazanas? pero el Arqueológico sigue donde y como estaba.

Lo mismo que las ideas. En las administraciones es un misterio -o la constatación de que la indolencia neoclásica o romántica del XVIII y XIX sigue viva- que nadie haya imaginado nunca las Atarazanas o el Pabellón de la Navegación como posibles sedes de nuestro Arte Antiguo. En las plataformas neo-regeneracionistas protestar sobre el estado de conservación del pabellón de la Plaza de América son ganas de marear la perdiz para desgastar al gobierno de la Junta o pasar rato. Da igual: lo que verdaderamente es arqueología museística es el edificio de ese museo.

Antonio Zoido es escritor e historiador.

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