Las noticias y comentarios de mentideros habituales dejan palmariamente demostrado que en Sevilla los edificios no siempre se construyen con ladrillos sino también con ideología; comunicados, notas y ruedas de prensa, felicitaciones con cargas de profundidad o cartas de protesta son los materiales que pueden emplearse pera levantar inmuebles o para oponerse a que se levanten. Por ejemplo: si usted pretende hacer en el Prado una biblioteca de Zaha Hadid es mejor que se lo piense porque se encontrará con una catarata de papel en contra; si, por el contrario, lo que quisiera realizar es una Ciudad de la Justicia, esos elementos no serán un obstáculo sino, al contrario, servirán de cimientos al proyecto.
Son las cosas que tiene la arquitectura mediática, nueva asignatura que convendría ir viendo cómo incorporar a la carrera e, incluso, a la de Ciencias Políticas porque, por donde vamos, el ser o el no ser de edificios emblemáticos lleva el camino de convertirse en asunto habitual de un Parlamento como el de Andalucía si en vez de gobernar se hacen encuestas y si se ha llevado a los escaños de esa Cámara a decenas y decenas de cargos municipales que con sus preguntas allí, justificarán las ausencias en su Consistorio. Volvemos a aquello de que todo pasado fue mejor: en Sevilla podemos salir de una situación provinciana para meternos en otra pueblerina.
Antonio Zoido es escritor e historiador
