La arquitectura es uno de los sectores que padece con más violencia la crisis económica actual. Sin embargo, una idea innovadora y diferente puede ser una solución para ganarse una cuota de mercado aún poco explorada. Esa necesidad y la fuerte defensa del ecologismo unieron a cuatro jóvenes de entre 29 y 32 años que han decidido poner en marcha una cooperativa que, a pesar de su corta trayectoria, ya ha sido galardonada con el Premio Europeo al Empleo Juvenil 2011, otorgado por el Polo Europeo de Fundaciones de Economía Social (Pefondes) y que está dotado con 10.000 euros. Este galardón reconoce las iniciativas empresariales realizadas por jóvenes que generen empleo estable y que operen dentro del marco de esta forma de hacer economía.
"Somos arquitectos de formación, pero nos hemos especializado en áreas diferentes aunque mantenemos un factor común, que es el uso racional de los recursos y los residuos unido a la aplicación de la ecología a la hora de realizar un proyecto", explica Ángela Lara, que junto a Marta Paoletti, Leticia Pérez y Rubén Alcázar puso en marcha Mazetas.
Esta cooperativa, que nació en julio de 2010 y bajo esta fórmulá porque "es más horizontal y el principio de igualdad es su base", se dedica a proyectos de arquitectura, paisajes y ordenación desde un enfoque ecológico.
La labor de Mazetas se desarrolla en cuatro líneas básicas de actuación. La primera de ellas es la arquitectura ecológica, donde se enmarcan edificios de bioconstrucción, bioclimáticos, sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. En segundo lugar se encuentra el diseño del agua, donde se proponen estrategias para un aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos con tecnología que imite procesos naturales. Además, está el área de paisajismo y horticultura, en la que se incluyen los huertos urbanos o la jardinería. Y por último, la gestión social del hábitat, que fomenta la formación en valores ambientales y la intervención respetuosa de los espacios cotidianos, como demuestran los talleres de hábitat coaching, una metodología propia que ayuda a que el cliente "sea protagonista del proyecto".
En cualquier caso, explica, las cuatro líneas no son excluyentes, sino todo lo contrario. "De hecho, confluyen muchas veces dos o tres en el mismo proyecto", indica.
Su apuesta es arriesgada, ya que se trata de una actividad poco desarrollada en España, aunque junto al inconveniente existe una ventaja. "Es verdad que tenemos que abrir camino, pero el hacer algo diferente y ser de los primeros nos beneficia, ya que hay gente que demanda las cosas que nosotros hacemos", asegura.
Por ahora, su campo de acción se circunscribe a Andalucía y Extremadura. "Nos estamos dando a conocer gracias a las redes de consumo" de temas relacionados con la ecología. De hecho, cuentan en estos momentos con tres proyectos para desarrollar, uno de ellos en Italia. Además, Mazetas ha llevado a cabo talleres de intervención, en concreto un huerto urbano en la última edición de Fest, el festival escénico contemporáneo de Sevilla.
En concreto, su trabajo va dirigido a administraciones, a través de equipamientos e instalaciones útiles que respeten al medio ambiente a ayuntamientos, consejerías y otros organismos públicos, así como a entidades de gestión colectiva, a través de talleres formativos y otros proyectos de gestión social del hábitat a centros de Tercera Edad o de Salud, por ejemplo, así como a asociaciones, bares y tiendas y a particulares que deseen reformar su vivienda del modo más sostenible posible.
En lo que se refiere al premio, que recibieron el pasado miércoles en la localidad francesa de Chamoniz-Mont Blanc, Ángela Lara afirma que le "encantaría" que le sirviera como proyección internacional para dar un salto, aunque por ahora centran su actividad en las regiones andaluza y extremeña.
"Queremos montar una red de bioconstrucción entre las dos comunidades y es que el trabajo en red funciona muy bien", subraya. Además, mantienen contactos en Ecuador para la realización de nuevos proyectos, "algo que nos daría visibilidad y que es una gran oportunidad".
Junto a Mazetas, fueron premiadas por Pefondes otras cooperativas y empresas procedentes de distintos países como Francia, Polonia y Bélgica.