Todavía tengo el gusto en el paladar a queso de cabra, cremoso e intenso. Esta semana les quiero acercar al sabor del cabrito andaluz en todas sus variedades. Desde los quesos a sus entrañas.
La firma y entrega de estatutos de la asociación Cabrandalucia a las diferentes instituciones da el pistoletazo de salida a las primeras jornadas gastronómicas que se inician en el restaurante Manolo Mayo, en Los Palacios. A partir de esta materia prima, tan desconocida por muchos, sorprende que en la rueda de prensa se reúnan más de un centenar de personas que apoyan este sector y que aplauden todo lo que está sucediendo, como un gran paso en el desarrollo y conocimiento de la cabra y de las seis razas autóctonas que hoy comen en los pactos de nuestra Andalucía.
Ya en la cocina con Loli iniciamos un recorrido por estancias donde se está preparando todo el tapeo. Más de quince tapas las que se van a gustar a base de cabrito andaluz. Elaboraciones propias, sacadas de una materia prima desconocida. Y que, desde hoy, formará parte de su carta. Cocina tradicional bien hecha y sin prisas. Me encanta cuando les propongo una foto y me dicen: ¡Venga, con esta tapa mejor, que está hecha con tomates de Los Palacios!
Entre delicatessen y charlas... me mandan pa´fuera a catarlo todo. Nos saluda un precioso bodegón de unos cuatro metros cargadito de quesos, carne de membrillo, cabello de ángel y frutos secos. ¡Exquisitos! El arroz con asaduras, inmejorable el grano en su punto, melosa textura en boca y el sabor… a lo que tiene que saber, ¡a higaditos! Nos sorprenden con unas canastillas rellenas de estofado de cabrito, con cremoso de queso de cabra. Me recuerdan a la cola de toro estofada. Las albóndigas en salsa de azafrán, buenísimas. Las piruletas en tres texturas de quesos con molleja y en reducción de oporto, para repetir. ¡Disfruten de la provincia! En casa de los Mayo no les defraudarán.
