A lo campeón ha arrancado la selección española en la Copa Confederaciones que ayer comenzó en Sudáfrica. 0-5 ante Nueva Zelanda, una goleada fraguada en el primer cuarto de hora en el que Torres firmó un hat-trick. La débil selección neozelandesa fue una presa fácil antes y después de los goles del madrileño para que Cesc Fábregas y Villa aumentasen la diferencia, que pudo ser de escándalo si la roja hubiese apretado. Todo indica que para España su grupo será un paseo. Habrá que esperar a las semifinales ante Brasil o Italia para calibrar el potencial de una selección que está entre las mejores, por no decir que es la favorita.
Los valores del fútbol. Desde hace algún tiempo el fútbol súper-profesional está olvidando los verdaderos valores de este deporte y está entrando en una escala que le pueden llevar a despeñarse con el paso del tiempo. El dinero, los contratos de estrellas, las fotografías en fiestas deplorables alejadas de lo que debe ser un buen deportista que circulan por la red, amén de otras lindezas, están alejadas del ejemplo del sacrificio, la entrega, el entrenamiento, el esfuerzo, el compartir dentro del juego colectivo que es el fútbol, que deberían ser las guías para aquellos jóvenes que ven el fútbol como un deporte que practicar e integrarse. Los 94 millones pagados por Cristiano Ronaldo, las fiestas del portugués en Los Angeles en las que alardea de haberse gastado 19.000 euros en bebidas con la millonaria Paris Hilton, son execrables en un mundo en crisis y con millones de parados y más millones de mileuristas. Cada cual puede hacer con lo suyo lo que desee. Ahora bien, quien está en el escaparate y se debe al público debería ser más consciente, por joven y millonario que sea, y tener un comportamiento más apropiado como modelo a copiar por la juventud.
