Un día después del bicentenario de su independencia y cuando se cumplen en noviembre los cien años de la revolución, México abrió el Festival de San Sebastián con Chicogrande, del veterano Felipe Cazals, una cinta que "no admite verdades históricas ni verdades de vencedores", según su director.
Chicogrande se posiciona del lado del héroe anónimo: del hombre que salvó a la vida a un malherido Pancho Villa en 1916, cuando el presidente Woodrow Wilson envió a la caballería estadounidense para capturar al revolucionario tras la invasión frustrada a Columbus (Nuevo México).
El realizador mexicano, autor de Canoa y quien nunca ha entendido el cine sin discurso político, adopta "un punto de vista crítico, un punto de vista distinto", explicó en rueda de prensa, a la que también acudieron los actores Damián Alcázar, Daniel Martínez y Juan Manuel Bernal.
"La revolución es un hecho logrado por dos grandes perdedores: Emiliano Zapata y Pancho Villa", manifestó el cineasta, y la cinta, antes que henchirse de orgullo histórico, se lamenta por una lucha cuyos objetivos siguen sin cumplirse. "Hay 40 millones de personas en México que no comen dos veces al día. Villa sigue teniendo razón. Zapata sigue teniendo razón", reflexionó Cazals, quien además cree que "cumplir con la palabra es una costumbre que se ha perdido".
Y así, esta cinta sostenida, introspectiva, en la que la estética crea un celuloide "casi mineral, casi pedregoso", resumió Cazals, se urde en la filosofía de lo humano más que en la recreación histórica. El lema que resume el espíritu de Chicogrande es que "morirse es muy fácil. Lo difícil es vivir correctamente".
Chicogrande abrió el Festival de San Sebastián con un grito revolucionario pero con una notable falta de glamour, en la que otras 14 películas pelearán por la Concha de Oro pero en la que todos los ojos están puestos en el premio Donostia para Julia Roberts, a la que se espera.
Entre los rostros conocidos que llegan con cuentagotas destacó el del actor John Malkovich, aunque en la lista de invitados figuran también la actriz Olivia Williams y una nutrida representación mexicana, con el actor Diego Luna a la cabeza.
Precisamente éste, Diego Luna, inauguró ayer el apartado Horizontes latinos con su ópera prima como director, Abel. Y para apoyar esta cinta se ha desplazado a la ciudad donostiarra John Malkovich que, junto a Gael García Bernal, ha ejercido de productor ejecutivo.
Mañana llega Julia Roberts para presentar Come, reza, ama y para recibir, el lunes, el Premio Donostia. También estará Bardem.