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Arrugas de nicotina

Un fumador envejece tres veces más rápido que una persona que nunca haya dado una calada

el 10 nov 2010 / 19:21 h.

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Piel áspera y amarillenta con múltiples arrugas en frente, contorno de ojos y comisura de los labios. Es el rostro de un fumador empedernido, de los de dos paquetes diarios, al sobrepasar la frontera de los sesenta años. El tabaquismo no sólo afecta gravemente a los pulmones y el corazón, sino que también acelera el envejecimiento de quien no puede pasar sin encender un cigarrillo. Es el caso de Germán, de 50 años, que ayer comprobó virtualmente cómo se le quedaría el rostro si sigue con este hábito nada saludable.

 

"Empecé muy joven. Fumo dos paquetes y medio largo al día. Seguro que ahora reviento el aparato ese". Se refería al test de cooximetrías, que mide el nivel de partículas de monóxido de carbono que expulsa el pulmón al minuto. El resultado de Germán superó los 7 puntos, la frontera que marca el peligro para los fumadores. "¿De viejo? A ver si llego a los 72 años", bromeaba al someterse al simulador que mostraba su estado futuro si continuaba fumando.

Pero no fue el único que cumplió con el perfil del adicto a la nicotina en el stand habilitado ayer por la mañana en el Hospital Virgen del Rocío dentro de una campaña nacional celebrada por primera vez y simultáneamente en otros once centros españoles para chequear mediante diversas pruebas a la población fumadora (alrededor del 30% en toda Andalucía).

Mercedes García, de 46 años y fumadora desde los 13, dio una media de 16 (por encima del límite) en la prueba de cooximetrías. "Mis hijas me riñen con el tabaco. Me huele la ropa, las manos... y llevan razón, además de lo que cuesta, el daño que me estoy haciendo", reconoció Mercedes, que se llevó las manos a la cabeza cuando vio los rostros virtuales a los 60 y 72 años: "¡Qué horror! Tengo que dejarlo ya", se propuso.

La tarea no es fácil, como bien reconoce el doctor Francisco Ortega, responsable de la Unidad EPOC y Tabaquismo del Virgen del Rocío. "La voluntad del paciente es básica. Por ello, con esta jornada queremos concienciar a los fumadores del daño que se hacen y, además, explicarles el beneficio de dejarlo", señaló el facultativo.

Y es que sólo el 3% de las personas que deciden abandonar el tabaco lo consiguen pasados los primeros cinco años. Los daños pulmonares que produce cada calada son "irreversibles", como subraya el doctor Ortega: "El deterioro pulmonar de un fumador se triplica. Si en una persona normal es de 20 centímetros cúbicos al año, en los fumadores esta cifra se eleva a 60 u 80 centímetros cúbicos". Se triplica el envejecimiento de los pulmones y también de la piel. Lo más visible: el rostro cambia de textura y color, al tiempo que se llena de arrugas: "Se pierde hidratación. El tabaco acelera el proceso natural de envejecimiento. Con uno o dos paquetes diarios la piel envejece más de diez años", apunta el médico.

Las fórmulas para apagar definitivamente el cigarrillo y mantener la cara estirada pasan por los tratamientos farmacológicos. Ya sea por el impacto psicológico de ver las arrugas de la nicotina sobre sus rostros o saber el nivel de monóxido de carbono que emiten, más de 120 personas tomaron ayer conciencia del tabaquismo.

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