Cultura

Arsenio Moreno: "Mi tiempo y mi esfuerzo son para hacer literatura, sin adjetivos"

el 09 dic 2009 / 20:56 h.

Arsenio Moreno

Hay sucesos que, una vez conocidos, parecen más adscritos al realismo mágico, a las ficciones literarias y otras fantasías, que a la realidad de un momento histórico concreto. Hubo un tiempo en el que había pícaros y hampones, galeones cargados de oro de las Américas, guerra en Flandes, caballeros y soldados, sotanas y jubones, hidalgos y siervos, novelas de caballerías y corrales de comedias; pero en el siglo de Oro español también se dieron historias insólitas, transmitidas algunas gracias a la literatura de cordel, como la de la monja Magdalena Muñoz quien, recluida en un convento de Úbeda, sufrió un accidente que, a los 28 años de edad, la convirtió en un hombre.

Éste es el prodigioso personaje protagonista de El caballero indeterminado. Vida y desventuras de la monja-soldado don Gaspar Muñoz (Algaida), la segunda incursión en la novela del profesor de la UPO Arsenio Moreno, quien teje en este volumen el relato de "un tema pintoresco, pero no extraño" en esa época. Esos problemas de malformaciones congénitas -el de la monja protagonista, en concreto, tendría hoy el nombre científico de Hipospadias- "se solucionan hoy con una pequeña operación al nacer, pero antes había muchos casos, no parecía un prodigio", explica así el autor que los personajes -varias monjas del convento y un sacerdote al que llaman pidiendo consejo- muestren todos una enorme comprensión hacia esta metamorfosis.

De este modo, la vida de Magdalena Muñoz, la monja varón, o de Gaspar Muñoz, soldado de los Tercios de Flandes, al tratarse de un ser hermafrodita, se ha convertido en un material literario de primer nivel, gracias al cual Arsenio Moreno ha dibujado un minucioso retablo del siglo de Oro español, que describe a través de sus principales escenarios. "En la novela hay tres ciudades: Úbeda, a la que describo de una forma intimista, desde los muros de un claustro, y así es sólo que se presume o se presiente de ella; Sevilla, la gran metrópolis de occidente en el siglo XVII; y Nápoles, sin la que no se puede entender el siglo de Oro, y donde la huella de lo español tiene aún una permanencia absoluta", explica Moreno. En estos escenarios por donde transcurre el periplo vital del / la protagonista, "una persona prisionera en su cuerpo que, cuando se produce su transformación, se ve inmerso en los valores más masculinos y crueles del ser humano; aún así, extrae lo mejor de su parte femenina para dulcificar su existencia", narra el profesor, para quien este hombre es "un español barroco, tremendamente pesimista, escatológico, con el sentimiento de la muerte siempre presente. El estereotipo español actual nada tiene que ver con el del XVII, que era melancólico, triste...".

A partir de aquí, Arsenio Moreno confecciona una novela de aventuras con su personaje, ya como Gaspar Muñoz, alistado en un Tercio, y con la Historia de España como telón de fondo. Dos conceptos -la novela de aventuras y el rigor histórico- que el profesor sevillano maneja con una precisión insólita en el panorama literario actual: "Ahora hay una frivolidad aterradora, un panorama editorial de miedo plagado de templarios y de errores históricos de bulto", protesta el autor por este "subgénero que mezcla historia con una documentación catastrófica y novela negra para crear una literatura de entretenimiento de usar y tirar". De este modo, Arsenio Moreno huye de las etiquetas y de la devaluada novela histórica: "Empleo todo mi tiempo y mis esfuerzos para hacer literatura, sin más adjetivos", señala.Tan ofuscado está este profesor con esta cuestión que asegura que, aunque no tiene nada "en contra de la literatura de entretenimiento: sacan del tedio a mucha gente, como el cómic y los tebeos", sí cree que "habría que hacer una limpia en el mercado editorial, como hicieron los personajes de El Quijote con los libros de caballerías. Es un fenómeno de boom literario muy parecido", afirma este profesor de Historia del Arte.

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