Economía

Arte y joyas, valores seguros

En pleno periodo de turbulencias financieras, los mercados del arte, el vino y las materias primas, incluidas las piedras preciosas, no sólo se han librado del impacto de la crisis crediticia desatada hace un año sino que incluso viven su mejor momento.

el 15 sep 2009 / 09:37 h.

En pleno periodo de turbulencias financieras, los mercados del arte, el vino y las materias primas, incluidas las piedras preciosas, no sólo se han librado del impacto de la crisis crediticia desatada hace un año sino que incluso viven su mejor momento.

Las ventas mundiales de la casa de subastas londinense Christie's, primera del mundo por facturación, ascendieron a 1.800 millones de libras (2.300 millones de euros) en el primer semestre del año, un 10% más que en 2007, y en torno a 460 obras se vendieron por más de un millón de libras, una treintena más que el año anterior.

Además de los tradicionales coleccionistas acaudalados, que han aumentado con la globalización, sobre todo en Rusia y Oriente Medio, el mercado del arte atrae cada vez más a otros inversores que buscan alternativas a los instrumentos financieros percibidos como más vulnerables a la crisis. "El arte es un valor seguro a largo plazo, a prueba de inflación", declaró Philip Hoffman, consejero delegado de The Fine Art Fund, un fondo de inversión y asesoría de arte con sede en Londres.

Hoffman reconoce que la mayoría de sus clientes son gente muy rica, que invierte "no por pasión, como hace 20 años, sino para reunir una colección importante, por el rendimiento económico o para ganar estatus", pero aumentan también las entidades financieras que miran hacia el arte para diversificar su oferta.

Aunque el arte es aún un mercado controlado por "10 o 20 personas que se gastan entre 200 y 300 millones al año -los Román Abramóvich de este mundo-"-, Hoffman opina que las inversiones en el sector por parte de la banca comercial "son un negocio al alza".

No sólo el arte es hoy por hoy inmune a la crisis, también los vinos, un mercado exclusivo y además de crecimiento limitado, por la escasez de suministro de botellas cotizadas desde los chateaux franceses. Bonhams acogió el pasado julio la subasta de vinos más importante de su historia, con una recaudación récord de más de 650.000 libras (840.000 euros) coronada por la venta, por 18.400 libras (23.800 euros), de una caja de Chateau Lafite Rothschild de 1982.

Como en el caso de las obras de arte, muchos de los que actualmente invierten en vinos extraordinarios "son nuevos ricos que quieren ponerlos en su mesa para impresionar", reconoce el director del departamento de vinos de la sala londinense, Richard Harvey.

También hay quien comercia con vino por el placer de beberlo, pero lo ideal, si se piensa en sacar beneficios, es adquirir un buen vino joven para volver a ponerlo en el mercado cuando ha madurado y su precio ha subido, apunta Harvey. Aunque es un mercado reducido, existen ya fondos de inversión en vinos y, según el experto, hay algunos bancos chinos interesados en crear los suyos propios.

Al igual que otras casas de subastas, Bonhams también ha visto dispararse sus ventas de joyería y piedras preciosas, sobre todo diamantes, como opciones de inversión más seguras en un entorno financiero volátil. "En un clima de incertidumbre, los inversores recurren a alternativas no tradicionales y a activos reales y tangibles" como las materias primas, explica el director de la asesoría británica de inversión Absolute Strategy Research, Ian Harnett.

Sin embargo, Harnett, antiguo directivo de UBS, cree que, después de un par de años, si la crisis mundial persiste, "productos como el vino o las joyas perderán lustre", y también las materias primas como los cereales, el oro o el petróleo, actualmente en pleno apogeo.

"Nosotros partimos de un análisis a largo plazo de que el déficit de la cuenta corriente de Estados Unidos, que ha sido financiado por los superávit de China y Oriente Medio, se tendrá que ir reduciendo, por las propias condiciones del mercado, lo que dará lugar a menos liquidez", señaló.

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