Apligam Crilato es una empresa que ha pasado de vender productos de metacrilato para el ámbito sanitario ha diseñar cualquier idea que el cliente trae en su cabeza. La clave de casi 40 años de trabajo: ampliar su campo de actuación adaptándose a las peticiones de sus compradores.
Apligam ha sabido reaccionar a los cambios en el mercado y ha ido variando su estrategia comercial hasta llegar a lo es hoy en día: una empresa que elabora cualquier artículo de metacrilato.
Esta pyme rinconera está avalada por los casi 40 años de trabajo. Su fundador, Manuel Gama, comenzó produciendo apliques para los espejos del cuarto de baño por la carencia que había en el mercado sevillano y andaluz. De ahí su enrevesado nombre Apligam- Crilato (apliques gama en metacrilato). Poco a poco, vio la aceptación que tuvieron sus productos y decidió introducirse de lleno en el incipiente mercado de cuartos de baño, elaborando jaboneras, toalleros o cualquier otro artículo para el aseo. Hoy en día, la empresa la regentan sus tres hijos, Mónica, Gabriel y Esteban Gama. Según ella, el mercado ha variado mucho desde que comenzó su padre y para hacer frente a la competencia decidieron adaptarse al cliente y hacer cualquier tipo de artículo en metacrilato. "Nuestro cliente es el que crea la necesidad, nos comenta su idea y nosotros se lo hacemos", explica.
Y como muestra, han elaborado tanto galardones en este material para la empresa de telefonía Orange, como expositores, o incluso han realizado unas tuberías, que ninguna otra empresa ha sabido hacer, para un estudio que está haciendo el Instituto de Bioquímica y Fotosíntesis de la Universidad de Sevilla. Asimismo, Mónica Gama destaca que comenzaron en El Gordillo y, a través de las ayudas que ofrece Soderinsa Veintiuno a las pymes, han podido situarse en El Cáñamo. Asegura igualmente que, a pesar de que cada vez tienen más trabajo porque abarcan un campo muy amplio y han conseguido una gran estabilidad, no bajan la guardia ni un solo momento."Estamos siempre comprando máquinas nuevas de última generación para no estancarnos, y en contacto a través de Internet con empresas nuevas para consolidarlas como clientes". En sus naves se cuece todo el proceso de creación de un artículo de metacrilato. Tienen máquinas de láser o de control numérico para ejecutar una idea, e incluso diseñan el producto que el cliente trae en su cabeza. Y es que como ella misma asegura, "damos forma a las ideas y reforzamos la imagen del producto en cuestión".