La Subdelegación del Ministerio de Defensa en Sevilla ya se ha mudado a los chalés recién restaurados de la avenida Eduardo Dato, junto al puente de los Bomberos, así que la antigua fábrica de Artillería quedará vacía en breve. Por ahora, sólo se mantiene en ella personal de seguridad y Defensa, según fuentes consultadas, prevé ceder definitivamente el edificio a finales de este mes. Desde ese momento, será competencia municipal.
A partir de que Defensa abandone el inmenso edificio -con 20.000 metros cuadrados-, algo que se ha retrasado en varias ocasiones, la Delegación de Cultura tendrá que actuar. De hecho, su intención es mudar allí sus oficinas para empezar a darle uso de forma inmediata, evitando su cierre y, con ello, problemas de expolio y la posible entrada de okupas.
Eso fue lo que manifestó hace ya un año la delegada de Cultura, que indicó que el Instituto de la Cultura y de las Artes (ICAS), que tiene ahora sus oficinas en pleno Centro, en la calle Silencio, se trasladaría a la fábrica lo antes posible.
Con esta operación, Cultura quiere darle un uso parcial a la antigua fábrica (ocupará un 7,5% del total del espacio), soluciona temporalmente el problema creado por el retraso de la rehabilitación de la Puerta de la Carne (donde tendrá su sede definitiva, idea que se mantiene) y se va de su actual ubicación para dársela a la hermandad del Silencio para que construya su casa hermandad, algo a lo que se comprometió en 2006 el Pleno del Ayuntamiento.
Artillería, un edificio declarado Bien de Interés Cultural (BIC), tiene un desorbitado coste de restauración (cifrado en 76 millones de euros) y, a día de hoy, tiene un futuro incierto porque tanto la Junta como el Gobierno central se desvincularon del proyecto, dejando solo al Ayuntamiento, con unas arcas más que debilitadas por la crisis.
El Consistorio prevé organizar visitas guiadas al edificio, una joya desconocida, e incluso abrir una calle central, una vía interior que cruzaría la fábrica y que se cerraría de la noche.
