He venido a aclarar que parte de la afición, por la distancia, no ha visto bien mi gesto. Yo dedico el gol a mi abuelo y a mi hija, y para mi asombro se escuchan pitos. Luego hago un gesto como que no me lo creo". Esa fue la explicación que dio Arzu, protagonista involuntario del partido ante el Almería y víctima de los silbidos de los aficionados, que según el nazareno malinterpretaron su gesto al celebrar el 2-0. El mediocampista verdiblanco, que de hecho antes del encuentro se hizo una foto con su hija recién nacida, criticó además la actitud del público hacia los canteranos: "Hemos llegado a un punto insostenible. Lo de hoy ha sido algo infundado, pero las críticas a los canteranos han llegado a un límite que las personas coherentes, lo normal, se pierden", lamentó. "Que la gente sepa que los jugadores de la casa tenemos un cariño muy grande al club y que el trato que se nos da es injusto", sentenció.
Antes que él habló el técnico, Josep Maria Noguès, que también estaba sorprendido:"El jugador está dolido, dice que se ha puesto el dedo en la boca como si fuese un chupete por su hija y está muy preocupado, porque no tiene nada contra el público", explicó el entrenador verdiblanco.
